Ocurrió en el refugio de animales del condado de Jackson, en Michigan (Estados Unidos) luego de salir a buscar unas gallinas y unos pollos para sumar a su granja familiar.

Bentley nació con labio leporino, un defecto congénito en el que el labio superior de una persona presenta un corte, separación o una hendidura.

"Desde el primer día ha sido un bebé feliz", asegura el padre Ashley, aunque confiesa que en aquella visita al refugio de la semana pasada el pequeño Bentley estalló de la alegría y la emoción. Ella no había ido, así que no dudó en atender el teléfono cuando su marido la llamó. Era una videollamada en la que su esposo le mostró a la perrita que habían visto.

No estaban buscando un perro, pero en medio de su recorrida se cruzaron con este simpático can y hubo un flechazo. "Tiene labio leporino", le dijo Brandon a Ashley.

Brandon les preguntó si la perrita estaba en adopción y les dijo: "Mi hijo tiene labio leporino, quiero adoptarla para él". "Supongo que estaban destinados a encontrarse", fue la respuesta de la mujer del refugio.

Una semana después, la historia se volvió viral en las redes sociales, tras las conmovedoras fotos que publicaron desde el refugio en Facebook. "Verlo tener algo en común con un cachorro significa mucho porque él puede crecer y entender que él y su perrita tienen algo que pueden tener en común", contó la mamá que comparte la felicidad de su hijo.

Desde el refugio explicaron que no es común ver a perros con labio leporino, pero que en este caso no le traerá ningún problema en su vida: "Su condición no la frenará mucho, a decir verdad. A medida que vaya creciendo, la familia se dará cuenta si hay algún cambio respecto a su labio, pero por ahora ella está de maravillas.