El gobierno provincial aseguró que se va a investigar la muerte de una mujer por Fiebre Hemorrágica Argentina (FHA) a la que la habían diagnosticado presuntamente coronavirus. “Tenemos el compromiso de esclarecer lo sucedido”, aseveró Carolina Cudós, directora de Epidemiología de la provincia.

El caso de Hilda Grau, de 53 años, fue dado a conocer por el diario Rosario12. La mujer era de Roldán, fue diagnosticada como presunta portadora de coronavirus, nunca logró ser atendida y falleció de Fiebre Hemorrágica Argentina. “Es terrible y lamento lo que pasó. A la familia yo le creo, pero ahora lo que debemos hacer es reconstruir todo lo sucedido porque seguro que esto va a pasar a mayores”, enfatizó Cudós.

“Pedí un informe escrito, desde el jueves estoy con este caso, que ya lo seguíamos de antes, cuando no estaba aún el diagnóstico definitivo”, asumió. Ante la pregunta sobre por qué Hilda pasó seis días sin lograr que la atienda un médico, respondió: “Yo tampoco lo sé. Nosotros nos enteramos hace una semana. Ustedes pudieron hablar con el marido pero nosotros esperamos para hablar con los familiares hasta tener un diagnóstico y que puedan cumplir el duelo. Lo habla el médico tratante. Yo sé que esa persona consultó en varias oportunidades”.

Hilda se despertó el 14 de mayo con fiebre en su casa en Roldán. De acuerdo a lo que señalan en el diario, desde el 147 le indicaron paracetamol y que permanezca en su hogar. “Pasó muy mal el fin de semana, nunca se le iba la fiebre, la asistíamos las 24 horas. Volvemos a llamar al 147 y nos repiten lo mismo y que no podemos salir de casa. Les digo que por favor me traigan una ambulancia para que la vea un médico porque ya no se puede mover y me dicen que le tienen que hacer el hisopado de coronavirus, que iban a venir al otro día”, recordó José, su marido.

El Sies tocó su puerta recién el miércoles 20, a seis días de que Hilda tenía fiebre constante. “El médico la atendió para hacerle el hisopado desde afuera. Me hicieron sacarla a ella hasta la puerta. Se lo hicieron con brazo extendido, bien de lejos, y se fueron. Les pedí por favor que la revisen pero se fueron sin más”, denunció.

La mujer ya estaba sin fuerzas por lo que José decidió trasladarla al policlínico San Martín. “La tenía que alzar para llevarla al baño. En el policlínico la miran 10 minutos y me dicen que tiene dengue. Le extraen sangre y me vuelven a decir que tome paracetamol”, repasó el marido.

El viernes 22 José la sube al auto y la traslada al Carrasco. Ruega por su atención: “Pedía por favor que alguien la mire”. Le extraen sangre. Queda reposada en una camilla con suero. José pasa la noche en el auto, estacionado en la puerta del hospital. Una enferma le acerca alguna precisión: Hilda tiene poco oxígeno en sangre y le van a realizar una transfusión, es el último día en que se puede hacer por la gravedad de su cuadro. Los estudios le dieron, además, fallas en sus riñones. Por primera vez le dicen, informalmente, que tiene Fiebre Hemorrágica Argentina. El sábado 23 a las 7 de la mañana el Carrasco ya no es el lugar que necesita Hilda. Debe ser derivada a un nosocomio de mayor complejidad y la trasladan al Eva Perón de Granadero Baigorria.

José escolta con su auto a la ambulancia. “Veo que la bajan de la ambulancia de muy mal modo, el enfermero hace un movimiento brusco. Hilda se toma de la ambulancia para no caerse, mientras con la otra mano sostiene el suero. El enfermero le grita ‘soltate hija de puta’. Ahí le digo de todo y veo que a Hilda la bajan desnuda, en un estado de abandono increíble. Y no la vuelvo a ver más”, relata, aún conmocionado.

 “En el Eva Perón empieza el calvario –retoma José–. Hilda ingresó y no me dicen nada. Al mediodía explico mi situación, que sólo necesito saber cómo está Hilda, y me dicen que espere, que me van a llamar. A las 15 vuelvo, porque estaba afuera del Hospital, ni siquiera podía ir al baño, y no me dicen nada. Yo quería avisar que Hilda no tenía coronavirus porque una enfermera del Carrasco le manda un mensaje a mi hija con el resultado negativo del hisopado. Pero no pude informar. Me dicen que los partes lo dan por teléfono, no personalmente. A las 16.30 tampoco me dejan pasar. A las 18 me voy a casa porque necesitaba orinar. Vuelvo al Eva Perón a las 18.40. Sin parte, a las 20.30 no aguanto más y me mando a terapia intensiva. Veo gente que pasa y a cada uno le suplico por información; pero nada. Me quedo esperando. Y a las 21, uno de los que me maltrató, me dice que Hilda falleció y se va. Ahí me deja. Yo quedo en shock, tirado en el piso y me retiro al rato para darle la noticia a mis hijos”.

El parte médico nunca llegó. El acta de defunción de Hilda dice “paro cardiorrespiratorio por enfermedad”. Un familiar médico tuvo acceso a la histórica clínica y allí consta la verdad: Hilda murió de Fiebre Hemorrágica Argentina.