Una pareja estadounidense estaba en su domicilio en el condado de Washington, en Virginia cuando su perro llegó a la casa con una cría de oso negro en la boca. 

El osezno tenía pocos días de vida y, como no sabían dónde exactamente lo había encontrado su mascota, se pusieron en contacto de inmediato con el Departamento de Caza y Pesca.

Según publicó RT, al día siguiente un biólogo fue a recoger a la cría de oso y la llevó a las instalaciones del Centro de Vida Salvaje de Virginia, según indica la institución en su página web.

Ahora el osito, que tiene entre dos y tres semanas de vida, está siendo atendido en un centro de rehabilitación.

El pequeño osezno, que es un macho, presenta un buen estado de salud y solo sufre una ligera deshidratación. De momento lo mantienen en una incubadora junto con otro cachorro. Cuando ambos ganen un poco de peso, serán transferidos de la incubadora para su posterior rehabilitación.