Curas barriales, referentes de la Iglesia Católica de la ciudad, emitieron este martes un comunicado para analizar la crisis de violencia que atraviesa la región y reclamaron a la clase política “salir de la grieta de los relatos y unirse para hacer de nuestros barrios un lugar donde todos podamos vivir con dignidad”.

El texto, firmado por los representantes de la Pastoral de Barrios Populares y Pastoral de Drogadepencia, llama además a los dirigentes políticos a abandonar “la violencia discursiva y erradicar de sus filas a quienes por acción u omisión son cómplices de una corrupción que mata”.

En diálogo con el programa La primera de la tarde (Radio 2), el sacerdote Daniel Siñeriz explicó que se trata de una serie de “sugerencias que se venían haciendo pero que no se estaban escuchando como respuestas concretas”.

En ese sentido reclamó que no se pierda tiempo en buscar soluciones en la problemática de violencia e inseguridad porque “las terribles consecuencias que afectan a gente inocente, a gente trabajadora”.

Los pobres llenan las cárceles, los hospitales y los cementarios”, analizó el representante de la Pastoral de Barrios Populares.

¿Cómo es que la criminalidad opera en las narices de las fuerzas estatales?”, se preguntó Siñeriz y aseguró que “el problema grande de la sociedad actual es la adicción”.

La sociedad de consumo ahora es una sociedad consumida”, expresó el cura en diálogo con el periodista Sergio Roulier.

El documento

El texto firmado por los referentes de la Iglesia Católica lamentó la constitución paulatina de “un para-estado que no rota cada cuatro años y que en el tiempo se consolida en su estructura de poder y financiera, ofreciendo armas, abogados, protección y muchos otros recursos”.

“Sin un gran acuerdo social y político, cualquier declamación de solución para lo que esta pasando, que hagan los candidatos, es sólo un espejismo de campaña”, dice el comunicado.

Los referentes de la Iglesia rosarina reclamaron programas que permitan promover la contención comunitaria de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes de los barrios vulnerables porque “cuando el estado se ausenta y no se apoya a la comunidad en las iniciativas de inclusión, otros actores terminan ocupando su lugar ofreciendo dinero fácil, violencia y muerte”.

También pidieron apoyo a los clubes de barrio y un sistema de salud con perspectiva en adicciones que permita la contención y el acompañamiento de aquellas personas atravesada por los consumos de sustancias legales e ilegales.

“Lo que hoy se consume no sólo tiene un alto poder adictivo, sino que en poco tiempo genera un grave deterioro neurológico y cognitivo al punto de convertirse en padecimientos crónicos”, advirtieron.

Tanbién los referentes de la Pastoral Social aconsejaron “una fuerte inversión educativa para la creación de nuevas escuelas con jornadas extendidas de 8 horas” y puntualmente al Poder Legislativo nacional, provincial y municipal “que puedan ser ágiles en la creación de leyes y ordenanzas, que teniendo en cuenta la experiencia de las organizaciones sociales y religiosas que vienen realizando trabajo comunitario en los barrios, sirvan para dar un marco normativo a la creación de nuevos dispositivos de contención y acompañamiento”.

A diario escuchamos hablar de la oferta del narcotráfico y las muertes que genera, pero poco hablamos de la demanda que hay en nuestra sociedad de consumo. Es necesario salir del silencio hipócrita y acrítico que no problematiza los consumos”, añadieron en el comunicado.

“Silencia el Estado cuando lleva 25 años sin realiza campañas de prevención a través de los medios de comunicación, de las redes sociales, en el sistema de educación y de salud. Silencia el sistema financiero que se nutre y se enriquece sin tomar medidas que prevengan el lavado. Silencian los observatorios estatales y de nuestras universidades que no generan datos sobre todo lo referido a los consumos problemáticos y adictivos y a las consecuencias que producen en la salud y en la sociedad en su conjunto”, enumeró el texto.

“Silenciamos como sociedad cuando no hablamos en familia de lo que nos pasa, acerca de los consumos, sobre cómo, prevenir el abuso de psicofármacos y el uso de alcohol en los menores”, concluyó el documento.