A punto de cumplirse un mes del atentado en Nueva York en el que fallecieron cinco rosarinos, la viuda de Alejandro Pagnucco, una de las víctimas fatales, habló con Radio 2 y dijo que para ella y sus hijas es “muy difícil” lo que les toca vivir, pero que no puede odiar al autor del ataque, que este miércoles comenzó a ser juzgado en Estados Unidos.

Alejandro Pagnucco, de 49 años, vivía en Funes. Fue a Nueva York a celebrar con un grupo de amigos los 30 años de egresado en el Politécnico. Junto a él murieron Ariel Erlij, Hernán Ferruchi, Hernán Mendoza y Diego Angelini. El resto del grupo estaba integrado por: Ariel Benvenuto, Juan Pablo Trevisán, Iván Brajkovic y Martín Marro.

Tenía tres hijas: mellizas de 10 años y una de 19. Los amigo le decían Pocho y lo recuerdan como muy bromista. También, María Alejandra Sosa, su viuda, que le contó al periodista Alberto Lotuf en el programa A diario de Radio 2, que hasta en los peores momentos hacía chistes.

María Alejandra ella vive con enorme dolor estos momentos. Pero piensa en sus hijas –las mellizas de 10 años, la mayor es de un matrimonio anterior– y apuesta a “generar una base de amor para que crezcan como quería su padre”.

La mujer dijo que las chicas no terminan de caer. Ella, de alguna forma, tampoco. “Es muy duro, hasta el día de hoy todavía no se puede creer. Una persona tan alegre, el grupo tan unido. Hasta el día de hoy voy manejando y pienso cómo pudo pasar eso”.

“Lamentablemente hay mucho odio en el mundo. La gente no entiende que el amor es fundamental en cualquier situación. Matar de esta forma, hacer mal a gente que no sabía quién era. Es la bronca que llevó adentro por una causa que no la puedo entender. Me pongo en el lugar de Alejandro. Iba pedaleando, contento. Y de golpe se le apagó la luz”, enfatizó.

“Es una agonía que llevo adentro, trato de entender y no se puede. Por qué tanto odio. El odio no lleva a nadie a nada”, insistió.

María Alejandra reveló que antes de que Alejandro viajara le planteó que tenía miedo de que se produjera un atentado. “Le dije que tuviera cuidado, que no estuviera en lugares con mucha gente, que en Nueva York estaban todos locos. Y fue en un lugar tan inesperado...”.

Y volvió a plantear su apuesta a futuro: “Espero que las nenas crezcan en el amor y sepan entender que tenemos que ser fuertes para seguir creciendo sin él”.

Alejandro era, según Sosa, “el papá que todo el mundo quisiera tener”. En ese sentido, mencionó que era muy compañero de sus hijas y que siempre aportaba el humor.

Sobre el autor del atentado, el uzbeko de 29 años Sayfullo Saipov, remarcó: “Yo no puedo juzgar a nadie, no puedo construir odio. Tengo que construir amor. Que lo juzgue Dios. No puedo pensar que le den la pena de muerte. Lo mejor es pensar con amor, que sea lo mejor para él y Dios decida”.