Los pasajeros del crucero Norwegian Breakaway, que partió desde Nueva York rumbo a las Bahamas el 29 de diciembre, probablemente tuvieron el peor viaje de su vida. La semana pasada a la costa este de Estados Unidos llegó un poderoso “ciclón bomba” y, pese a los pronósticos meteorológicos, la nave continuó su trayecto surcando las olas en medio de la tormenta invernal Grayson.

La situación empeoró el pasado miércoles y el jueves. En los videos grabados por los turistas se aprecia el caótico interior de la embarcación, con alfombras empapadas, letreros que se mueven de un lado a otro y goteras en diversos lugares.

El viaje llegó a su fin el 5 de enero. Una de las pasajeras, Christina Méndez, comentó a CBS que "fue un infierno" y que las notificaciones del capitán fueron esporádicas y poco precisas. "Nunca nos dijo dónde estábamos, cuán lejos de Nueva York, a cuántas millas por hora íbamos", señaló la mujer.

Ahora, Méndez planea llevar a la compañía Norwegian Cruise Line (NCL) a juicio, al igual que otros pasajeros. Sostiene que la empresa ignoró el peligro y continuó la travesía por no querer perder el dinero de los clientes de su siguiente viaje, un crucero de 14 días que iba a partir desde Nueva York el 5 de enero, pero que finalmente fue suspendido por un día y partió el 6.

En su recorrido por la costa este de Estados Unidos, el "ciclón bomba" dejó grandes cantidades de nieve, hielo, bajas temperaturas récord y al menos 15 muertos.