El uso del aire acondicionado en lugares de trabajo se coló en la campaña por la gobernación de Nueva York. La temperatura a colocar los aparatos de refrigeración suelen generar diferencias ya que en la mayoría de los casos, las mujeres suelen sentir más el frío mientras que los varones padecen el calor. Ahora, esa “grieta” forma parte de un debate político en Estados Unidos. 

De acuerdo a lo que publicó El País, el equipo de Cynthia Nixon, que aspira a arrebatar el puesto a su colega demócrata Andrew M. Cuomo, planteó a la cadena de televisión CBS, donde el miércoles se celebró un debate entre ambos, una petición polémica: fijar la temperatura en 24,4 °C. “La refrigeración de los espacios cerrados es notoriamente sexista”, escribió una de sus responsables de estrategia a la cadena en un correo electrónico. 

Hay que destacar que Cuomo es famoso por celebrar sus mítines en recintos casi helados. “Le gusta que el ambiente se caliente por la presencia de los cuerpos”, ha declarado uno de sus colaboradores. 

La actriz de Sexo en Nueva York contó con mensajes de apoyo de ciudadanas hartas de abrigarse en pleno verano. Es el caso de la ensayista estadounidense Kerry Howley: “Nunca me he sentido más involucrada en un debate político. El 49% de los americanos está controlando el 100% de los termostatos de oficina”, escribió en su cuenta de Twitter. 

Según un estudio publicado en Journal of Environmental Health Science & Engineering, los trabajadores disconformes con la temperatura pueden ver mermada su productividad hasta en un 38%, más incluso que aquellos que se exponen a malas condiciones de luz. Isabel Urrutia, coordinadora de medio ambiente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), añade más consecuencias a la lista: irritación y dolor de garganta, procesos catarrales, tos y flema.

Hay quienes, sin embargo, tachan la exigencia de la candidata de exagerada. “¿Son razonables los 24,4 ºC si no eres un abuelo de Florida?”, bromeó alguno en redes sociales. Pues casi. Habla Urrutia: “Está estudiado que la temperatura más amable con el organismo humano, desde el punto de vista de la salud, es la que oscila entre los 22 y los 24 ºC”. El posible sesgo sexista de estas últimas investigaciones está aún por dilucidar.

Según un estudio publicado en Nature Climate Change en 2015, se tiende a marcar la más adecuada para el confort de un hombre de 40 años y 70 kilos. Las diferencias metabólicas entre sexos, concluyeron los investigadores, están siendo ignoradas en la gran mayoría de los centros de trabajo: el organismo de la mujer precisa de una temperatura 3 °C superior.