Estamos transitando la semana de la Tuberculosis; en el mundo se ha escogido el día 24 de marzo como día de esta enfermedad. Con tal motivo, la Organización Panamericana de Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) hacen un llamado a los gobiernos, a las comunidades, a la sociedad civil y al sector privado para que unidos pongan fin a la enfermedad a través del trabajo colectivo y colaborativo.

La tuberculosis junto con el VIH son las principales causas de muerte entre las enfermedades infecciosas en el mundo. Cada año mueren 1,4 millones de personas por esta enfermedad.

Ramón Carrillo, sanitarista y ministro de salud en los años ´50, sostenía que “frente a las enfermedades que genera la miseria, frente a la tristeza, la angustia y el infortunio social de los pueblos, los microbios, como causas de enfermedad, son unas pobres causas.”

En las Américas en el 2015, 268.500 personas enfermaron de tuberculosis, mientras que 24.400 personas fallecieron por su causa. Y mientras que 31.700 personas adquirieron TB/VIH, 50.000 personas con tuberculosis no fueron diagnosticadas.

Dirigiendo la mirada hacia adentro del sector, Ramón Carrillo, hacía conocer su forma original de ver el problema de la pobreza y la salud: “Mientras los médicos sigamos viendo enfermedades y olvidemos al enfermo como una unidad biológica, psicológica y social, seremos simples zapateros remendones de la personalidad humana.”

Tal vez por eso, en el Hospital Carrasco, junto al Laboratorio “Centro Regional de Estudios Bioquímicos de la Tuberculosis”, funciona un Laboratorio Cultural, al que Gabriela Corvalán así presenta: “por medio del Laboratorio Cultural del Hospital Carrasco, llevamos adelante actividades de la cultura para que participe la comunidad, integrada por pacientes que concurren al mismo; por internados, por los vecinos al hospital y por los integrantes de la comunidad que deseen participar”.

Gabriela es actriz y directora de teatro: “En mi caso dirijo teatro; y lo que hacemos es una puesta de una obra cuya modalidad es la del teatro foro, por medio de la cual, se instala una problemática para que se debata sobre la misma”.

"La del Laboratorio Cultural es una propuesta dirigida hacia la comunidad para invitar a sus integrantes a una participación abierta. Nuestro trabajo cotidiano apunta a este tipo de propuesta”, sostiene.

Las diferentes actividades del Laboratorio Cultural, incluyen un programa de radio, una biblioteca ambulante, talleres de pintura y, por supuesto, de teatro. Es una propuesta amplia con muchas disciplinas que tiene su impacto en la comunidad; también se ofrecen prácticas de tai-chi, yoga, taller de arte; diferentes actividades integrativas que es el objetivo de este programa: su meta es integrar actividades y públicos. El gran objetivo es poder trabajar la salud desde el arte.

Su trabajo se focaliza en la idea de que la salud no es ausencia de enfermedad sino una manifestación de la cultura.

Gabriela Corvalán lo expone desde su lugar: “Nosotros confiamos mucho en el teatro como medio de integración cultural y agente de la catarsis. Una forma de reconocerse a través de los otros. Tanto adultos como adolescentes sufrimos de lo mismo: la dificultad de vincularnos y el teatro como manifestación artística es un vehículo para la salud”.

- ¿Qué tipo de actividad van a desarrollar hoy en el Hospital Carrasco?

- A partir de las 11 y hasta las 13, en el Salón Auditorio del Hospital Carrasco por la entrada de calle 9 de Julio; allí pondremos una obra que hace referencia a la tuberculosis; la intención es disparar ideas para que todos podamos construir algo que nos ayude a entender la problemática, prevenirnos y ayudar al enfermo. El teatro es un buen modo de difundir y comunicar qué es lo que nos está pasando; sería la realidad que nos toca vivir, subida al escenario.

- La modalidad es teatro foro para que se instale el debate donde todos se puedan expresar.

- El arte intenta la integración y nosotros estamos convencidos de que se trata de un buen vehículo para alcanzarla. La obra es una síntesis de lo que suele ocurrir cuando alguien comienza con los síntomas y encuentra a otro que lo acompaña para que lo diagnostiquen; por supuesto; enseguida viene el conflicto y hay una lucha entre el bacilo y el huésped desprevenido”, anticipa.

Mientras tanto, siguen retumbando las palabras de Carrillo dichas a mediados de los años 50 del pasado siglo: “Mientras los médicos sigamos viendo enfermedades y olvidemos al enfermo como una unidad biológica, psicológica y social, seremos simples zapateros remendones de la personalidad humana.” 

 

Gabriela Corvalán Directora de Teatro, Laboratorio Cultural Hospital Carrasco