Sin dudar, puede decirse que el momento que atraviesa Alberto Padoán, presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, es el más duro hasta aquí en una carrera que hilvanó los negocios y la política desde instituciones intermedias, esas que son concebidas como factores de poder real.

En la Bolsa de Comercio, que recientemente se anotó su aniversario número 134, siguen con atención lo que muchos consideran el Día D: la citación a declaración indagatoria del presidente de la institución, en el marco de la causa de los cuadernos de las coimas, mencionado por Oscar Centeno, el chofer de Roberto Baratta, el secretario de Julio de Vido, a concretarse este jueves. El llamado del magistrado Claudio Bonadío, que generó sorpresa en Padoán, hace que propios y extraños aguarden en un marco de calma tensa, en el que se trabaja febrilmente mientras de reojo se esperan los resultados de ese llamado.

Mientras tanto, tiene otros frentes abiertos: sectores gremiales como el Sindicato de Recibidores de Granos plantearon una fuerte denuncia por irregularidades y falta de controles por la importación y exportación de mercaderías en las terminales portuarias. Al mismo tiempo, la Bolsa, en pleno debate por el presupuesto 2019, hizo circular un comunicado en el que critica duramente al gobierno nacional por el proyecto de ley, que incluye facultar al Poder Ejecutivo la suba de la alícuota de derechos de exportación hasta el 33% del valor imponible o precio final FOB (el de exportación). En ese documento, la institución expresa “fastidio” por una campaña que logrará revertir la sequía y crecerá un 30% en el complejo sojero, con una retención más alta. Aunque deba pasar por el Congreso, la circunstancia que tiene a Padoán declarando frente a un juez por la causa más resonante de los últimos años no lo desvía de sus tareas como representante de la institución del mercado granario.

Aunque algunos sectores comulguen más con un estilo más sobrio y hasta silente de conducción, como en los años de los corredores de granos Jorge Weskamp, Cristián Amuchástegui o aún el propio Raúl Meroi (también vinculado al sector ganadero), Padoán sigue generando consensos amplios. Claro, todo puede modificarse, según lo que ocurra con su situación procesal.

Echemos un vistazo a lo que hasta ahora se sabe. El ex directivo de Vicentín debió comparecer en los Tribunales de Comodoro Py porque en uno de los cuadernos de Oscar Centeno, ex chofer de Baratta, se menciona un retiro de “un millón de dólares en una caja de cartón” de “Luis S. (Sáenz) Peña 1074”, dirección que el propio Padoán reconoció en Telenoche (El Tres) pertenecía a las oficinas de esa empresa.

“Me llama poderosamente la atención que me convoquen a mí”, dijo en su momento Padoán, que aseguró que hace años que no es presidente de la firma aceitera y que “nosotros no le vendemos ni le compramos al Estado, trabajamos en temas que no tienen nada que ver (con los contratistas de obra pública)”. “Nosotros no hicimos ningún negocio con De Vido”, agregó el empresario, aunque reconoció múltiples contactos y una buena relación con Baratta y con el propio ministro. “Hemos hablado y los conocía”, dijo.

“Baratta me decía que paremos con el consumo de energía y para eso me llamaba por teléfono. Una vez vino con un secretario a un acto en Reconquista y cosas así”, mencionó como ejemplo. “También conseguí que De Vido venga a Avellaneda a un foro de biocombustible” y “en 2007 Cristina Fernández de Kirchner participó de una inauguración siendo candidata”.

De Vido, hoy condenado por la administración fraudulenta que derivó en la tragedia de Once y que sigue acusado de corrupción dijo en 2011 en un acto por el Día de los Biocombustibles: “Padoán es un amigo de Santa Fe que siempre nos está acercando y gestionando los proyectos del norte, llevándonos carpetas que hacen que conozcamos en detalle los requerimientos de obras de esta región”. La cita textual aún puede leerse en LaBrujulaComunicación.com

Sin dudas es un hombre con demasiados frentes abiertos. Por empezar, logró sobreponerse (no sin luchar) a la histórica puja entre corredores de granos y exportadores, los dos sectores en pugna por la conducción de la Bolsa. A fuerza de levantar el perfil y de declaraciones jugadas, como también de ambición política, logró generar los consensos para ser elegido y sortear hasta aquí algunos enfrentamientos políticos y generar respaldos en el seno de Cambiemos. Por ejemplo, al gobernador Antonio Bonfatti, desde el organismo empresario del norte provincial conocido como Corenosa, le reclamó por obras incumplidas. A Luis Contigiani lo criticó por su gestión como ministro de la Producción, cartera que dejó para ser diputado. “No lo hemos visto pensando en la generación de puestos de trabajo”, declaró a una radio santafesina, al tiempo que aconsejaba al gobierno provincial que Emiliano Pietropaolo, rafaelino y ex secretario de industria de Contigiani y familiar de un ejecutivo de Vicentin, Carlos Pietropaolo. El joven este año renunció.

El paso de Padoán por Corenosa (Consejo Regional del Norte Santafesino) dejó marcas en la gestión socialista. Tras dos gobiernos (Hermes Binner y Antonio Bonfatti) un comunicado de la organización de la que forma parte usó expresiones como “inoperante”, “sin iniciativas” y “eludiendo responsabilidades” a la hora de caracterizar la obra pública provincial. Esto sucedió durante la gestión kirchnerista en la Nación. Bonfatti siempre tuvo la sospecha de que Padoán es quien estuvo detrás de esa crítica, respondida con no menos dureza allá por finales de 2015.

Así como era entonces, sigue conduciendo estas horas previas a sentarse frente a Bonadío. La declaración ambigua de De Vido lo deja en un lugar por lo menos incómodo, aunque se haya jugado fuerte con simpatías políticas por Miguel Del Sel y Mauricio Macri. No casualmente, durante el aniversario 134 de la Bolsa de Comercio de Rosario, estuvo presente Federico Angelini, principal armador del macrismo en Santa Fe. El acto, al que asistieron alrededor de 500 personas, contó con la presencia del gobernador de la provincia de Santa Fe, Ing. Miguel Lifschitz; la Intendente de Rosario, Mónica Fein; el Intendente de Santa Fe, José Corral; y el Presidente de la Comisión Nacional de Valores (CNV), Marcos Ayerra.

Curiosamente, otro fue el panorama cuando uno de los mercados que tiene representación en la Bolsa, el de remates ganaderos televisados Rosgan, cumplió diez años. En representación del gobierno nacional, pero también por un fuerte lazo con el sector productivo, estuvo el secretario de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere. Por el gobierno santafesino, la ministra de la Producción, Alicia Ciciliani. Por la intendencia, Marcelo Marchionatti, el subsecretario de gobierno. La intendenta había confirmado su presencia pero alrededor de las 16 horas de ese 10 de octubre, avisó que no podría concurrir. Su representante fue un funcionario de tercera línea. Una cosa es una foto en agosto, otra diferente es en octubre.

En el cóctail aniversario de Rosgan, con las casas consignatarias participando, la mesa fue compartida con Etchevehere, Meroi y Ciciliani. Durante algunos momentos, Padoán subió al escenario a entregar distinciones. Habló y bromeó como siempre lo hace.

“No amaga un segundo con retroceder o bajar el perfil. Al contrario, trabaja con más ahínco”, describen en el recinto de la Bolsa. Para otros, es simplemente una estrategia más. “Se trata de jugar de local, de convencer al círculo de que no es uno de los empresarios implicados. No va a evadir su responsabilidad de declarar, pero está confiado en salir airoso. La estrategia es aguantar hasta que esto pase, pero si sale más o menos bien, es seguir. Su mandato termina en 2019”. Quienes comentan esto indudablemente ven ahí el final de su actuación político-institucional.

La historia de la Bolsa de Comercio ha sido marcada por la pelea corredores-industriales. Con el arribo de Raúl Meroi a la presidencia y Padoán a la vicepresidencia, esto quedó atrás. De aquel 2009 en que Amuchástegui le arrebatara la presidencia por cuatro votos, a un 2013 con Meroi y luego la alternancia con “El Beto”, como lo conocen todos, dentro del mismo sector político interno.

Es interesante porque no busca apoyos políticos externos. Tampoco pide que lo apoyen en el sector. Aún cuenta con un consenso mayoritario, pese a lo que puedan pensar quienes años atrás manejaron otros estilos de conducción, de perfil mucho más bajo.

Tal vez eso sea lo que no le perdonan: que el precio por cambiarle el cariz a la Bolsa termine costando caro. Una antes impensada desaprobación social cuando la tradición marcaba que apenas se sabía el nombre de un presidente.

Lo único claro, y esto habla de fortaleza, es que todo sigue igual. A menos que alguno de los competidores de la gigantesca agroexportadora quieran verlo complicado y deseen que se aparte de la conducción. No dejan de ser lugares de poder. Algo que cruza por la cabeza de varios que no se animan a admitirlo más que a dos o tres personas.