En las elecciones de este domingo votó 74,1 por ciento del padrón electoral, un índice que demuestra el poco interés de la población en los comicios. Un recorrido por los resultados de los últimos comicios plantea un dato preocupante: desde 1928 que no se daba un registro tan bajo, e incluso entonces la convocatoria a las urnas rondaba el 80 por ciento.

En 1946, la asistencia a la votación fue del 83,4 por ciento e incluso ese número creció en 1951, cuando fue el 87,9 por ciento del padrón el que acudió al cuarto oscuro. En 1958, se registró una cifra récord del 90 por ciento. Luego bajó pero apenas unos puntos. En 1963 votó el 85,2 por ciento del padrón y en 1973, cuando regresó la democracia, la asistencia fue del 86,54 por ciento.

En la vuelta de la democracia, en las elecciones de 1983, que consagraron presidente a Raúl Alfonsín, la concurrencia del electorado fue de 85,61 por ciento. La participación se mantuvo alta en 1989, cuando Carlos Menem llegó a la presidencia votó el 85,34 por ciento del electorado y la cifra apenas bajó en 1995, cuando el riojano renovó su mandato: entonces la participación fue de 82,08 por ciento.

En 1999, en los comicios que consagraron a la Alianza, ya se notó una caída vinculada también al desinterés de la gente. La concurrencia a las urnas fue del 80,12 por ciento. En las últimas elecciones presidenciales de 2003, en los comicios donde fue elegido Néstor Kirchner, el porcentaje fue de 78,21 por ciento.