La jueza Alejandra Rodenas, a cargo de la causa por el crimen de Luis Medina desde más de un día después del asesinato, aclaró que no sabe aún quién dio la orden de trasladar la computadora y un celular del supuesto jefe narco a la Dirección de Informática dependiente del Ministerio de Gobierno en la ciudad de Santa Fe y adelantó que luego de recuperar esos elementos, que ahora están en los Tribunales rosarinos, los mismos serán peritados desde el lunes por Gendarmería nacional.
El tema de por qué la computadora de Medina fue a parar a manos de una dependencia del Ejecutivo se convirtió en una cuestión espinosa. Para la oposición se trata de un hecho sospechoso y de “gravedad institucional”, según dijo el diputado provincial Héctor Acuña, mientras que desde el gobierno los ministros Rubén Galassi y Juan Lewis aseguraron que una jueza pidió la intervención de la Dirección Informática porque la policía no conseguía debsloquear ni la computadora ni el celular.
Pero Raquel Cosgaya, que fue consultada durante las primeras diligencias porque los policías no encontraban a la magistrada en turno, María Luis Pérez Vara, dijo que no fue ella quien dio esa orden. Y tampoco fue Rodenas, que cuando se hizo cargo del expediente se encontró con que la Mac y el celular ya estaban en Santa Fe y, según aseguró en una conferencia de prensa que dio este viernes en Tribunales, una de las primeras cosas que hizo fue mandar a una comisión policial a recuperar esos elementos.
Rodenas explicó que para poder responder quién dio la orden de llevar la computadora y el celular a Santa Fe necesita ver las actas policiales, que por ahora no tiene en su poder. Pero “alguien dio esa orden”, afirmó.
Y relató que apenas se enteró de la situación tomó la decisión de suspender la pericia que se realizaba en la oficina dependiente del Ministerio de Gobierno. Esos elementos van a ser peritados desde el lunes por Gendarmería.
En cuanto a la forma en que se produjo el homicidio, la jueza dijo que se pudo establecer que luego que desde un auto le dispararan a Medina, éste se desvaneció sobre el volante y después fue “rematado de 13 o 14 balazos”.
Como ya se dijo, la acompañante, Justina Pérez Castelli, salió del auto y caminó unos pasos antes de caer producto de los dos balazos que recibió. Sobre ella no hubo remate, lo cual, entiende Rodenas, confirmó que querían matar a Medina y no a la mujer, que finalmente también falleció.
También confirmó la magistrada que Medina tenía las ventanillas bajas, lo cual quiere decir que iba en una “actitud relajada”. No arriesgó si esto puede indicar o no que conocía a los matadores.
Además, dijo que se continúa tratando de establecer cuál fue el derrotero de esa noche, algo que se dificulta porque el auto no tenía GPS. Se pidieron filmaciones de cámaras de seguridad para ver si hubo algún registro.
La magistrada reveló que en el lugar se recogieron vainas 9 milímetro de dos armas distintas y que ahora se hará un cotejo para ver si fueron utilizadas en algún otro hecho delictivo.