Una docente y su familia sufrió dos ataques a balazos contra su casa en barrio Tablada, en los últimos días y en ambas ocasiones, afortunadamente, no sufrieron consecuencias. La primera vez fue el 24 de enero pasado y la última fue ayer. “No tuvimos problemas con nadie, nunca nos han amenazados, estamos azorados”, señaló.

Silvia es maestra y vive con su marido y su hija en inmediaciones de Saavedra al 300. Ayer a las 17, estaba tomando mate con su esposo cuando sintieron balazos. “Estamos acostumbrados al ruido de las balas, esperamos un rato y salimos. Habían perforado la puerta de casa y el balazo alcanzó a una maceta del patio”, precisó en diálogo con Roberto Caferra (Radiópolis, Radio 2).

Lamentablemente, no es la primera vez que su hogar es blanco del poder de fuego. El 24 de enero pasado, alrededor de las 19.30, cuatro disparos dieron contra la vivienda: tres impactaron contra el portón, dos los atravesaron y uno de ellos chocó contra el medidor de gas. Aquella vez, la familia no estaba allí. En tanto, el viernes pasado una balacera fue desplegada contra un taller mecánico que está ubicado enfrente del inmueble. En todos los casos, de acuerdo a lo que pudieron reconstruir, los disparos provinieron de una moto.

“Estamos azorados, es un barrio de gente común, trabajadora”, sostuvo. Dudas son lo único que la familia tiene: “No hemos recibido ninguna amenaza, no tenemos problemas con nadie, soy una docente, mi marido trabaja en una fábrica y mi hija trabaja. Estamos convencidos de que se están equivocando de casa”, remarcó y agregó: “Creo que todo esto es producto de la inseguridad, hay una impunidad magistral y no se están tomando medidas”.

Silvia reconoció el peligro en el que han estado ayer. “Solemos tomar mate en el jardín de casa. No están tomando conciencia de que hay gente del otro lado de la pared”, manifestó sobre los autores de las balaceras.