En Italia tratan muy bien a las mascotas. Tanto que una empleada de una universidad romana consiguió que le permitieran tomarse dos días de licencia para cuidar a su perro enfermo.

El perro necesitaba un tratamiento de urgencia, y su dueña, que es una mujer soltera, tenía que faltar a su trabajo para llevarlo al veterinario y luego cuidarlo.

Con el apoyo jurídico de la Asociación Protectora LAV, consiguió inmediatamente que la institución docente contabilizara esos dos días como descansos pagados por "motivo personal grave o familiar".

Con 60 millones de habitantes, Italia cuenta con un número similar de mascotas, para las cuales sus propietarios se gastan unos 2.000 millones de euros anuales.

La mitad de estos animales son peces, pero Italia cuenta con 7,5 millones de gatos y 7 millones de perros.