Rosario salió masivamente a las calles este jueves a la noche en reclamo de seguridad y justicia, luego de un notorio repunte del delito en las últimas semanas, con episodios que se cobraron varias vidas no sólo en casos de violencia por conflictos interpersonales, sino algunos en ocasión de robo. La principal movilización popular se congregó desde las 19.30 frente a los Tribunales provinciales y marchó luego hacia la sede local de la Gobernación entre lágrimas, aplausos, velas y carteles alusivos a la problemática.

A pocos metros, en Oroño y Pellegrini, se dieron cita un rato antes los familiares, amigos y allegados de Nahuel Ciarrocca, el joven al que mataron por un celular el Dorrego y Amenábar el pasado 15 de agosto. Algunos se unieron al resto de la marcha en una procesión por Moreno hacia la zona de Santa Fe y Dorrego. En simultáneo, se realizó otra concentración en Rondeau y Martín Fierro (zona norte), con las mismas demandas de los ciudadanos al Estado.

La consigna general era llevar velas encendidas, permanecer en silencio –también había aplausos– y de forma pacífica pedir a las autoridades que garanticen seguridad en el marco de un recrudecimiento de los homicidios en la ciudad. La convocatoria fue hecha desde las redes sociales por una organización denominada Rosario Sangra..


Concentración y marcha

En pocos minutos, una marea de gente se apostó por Pellegrini y por Balcarce en medio de visibles muestras de congoja. Con pancartas y carteles, pero en recuerdo de las víctimas. La idea era evitar las banderías políticas u otro tipo de manifestación en ese sentido.

Incluso antes de la hora prevista en la convocatoria, las escalinatas de Tribunales, calle Balcarce y la plaza de enfrente estuvieron colmadas por familiares de víctimas de hechos delicitivos y vecinos que llegaron de diferentes zonas de la ciudad para sumarse al reclamo colectivo.

Un gran aplauso espontáneo que se multiplicó y extendió por varios minutos, dio pie a la palabra de los familiares que pidieron marchar “pacíficamente”.

“Estamos cansados de que este Palacio de Tribunales no nos de respuestas en materia de justicia”, se escuchó decir a los familiares antes de encabezar la marcha que partió a la sede local de Gobernación.

Un grupo de taxistas encabezó la movilización hasta la plaza San Martín, por calle Moreno. Los carteles con la imagen y el nombre de las víctimas de la inseguridad fueron las pancartas que se destacaron en la marcha y otros tantos se sumaron con velas y carteles pidiendo que no haya “ni un ciudadano menos”.

En el camino, automovilistas que se encontraban con la movilización sumaron sus bocinazos y también transeúntes o vecinos que se asomaban de sus balcones apoyando la movilización con aplausos y gritos de aliento.

Entre los vecinos que marcharon hubo gente de todas las edades y barrios de la ciudad: familias con sus hijos pequeños y grupos de amigos que manifestaron preocupación por el crecimiento del delito en la ciudad.

Algunos, incluso, que no habían marchado nunca y esta vez encontraron un motivo para hacerlo. “Nunca fui a una marcha”, le confesó una joven a sus amigas en plena calle, camino a la plaza.

El reclamo en la plaza

La plaza San Martín se colmó, como muestran las impactantes imágenes que captó Rosario3.com desde las alturas. Los primeros en arribar comentaron que todavía muchos estaban marchando, incluso partiendo desde la zona de Tribunales.

Allí, frente a la desde local del Gobierno de Santa Fe, el reclamo continuó y varios familiares de víctimas tomaron la palabra en medio de una conmoción generalizada. “Somos una ciudad de pie. Necesitamos que nos cuiden. A partir de hoy va a ser un antes y un después”, aseguró Martín, el hermano de Mauricio Brandán.

Entre las 20.30 y las 22 se escucharon testimonios expresados desde el dolor por la pérdida de familiares o seres queridos; en reclamo de seguridad, de justicia y por la continuidad de la movilización popular para que nadie se desentienda de sus responsabilidades.

"Una disputa verbal entre poderes"

Temprano, en diálogo con Radiópolis (Radio 2), Enrique Bertini, el papá de Mariano, el joven de 23 años asesinado en una entradera en 2014, manifestó: “Han transcurrido dos años y no se ha solucionado mucho. A uno se le revuelven las tripas cuando escucha declaraciones, una disputa verbal entre poderes que nada tiene que ver con las soluciones que necesita la gente”.

“Que marquen una agenda y que la sostengan en el tiempo”, pidió el empresario en relación a políticas de seguridad. “Tienen que dar seguridad al pueblo, a las personas y la propiedad privada”, agregó y consideró que la problemática tiene de base a “la corrupción y a la mafia, dos caras de la misma moneda”, planteó.

Consultado sobre su situación particular, indicó: “Voy a reclamar a la Justicia, no tenemos respuesta , deambulamos como fantasma cada vez más víctimas del sistema que tiene que dar otra respuesta”. Sin embargo, advirtió que el reclamo también es a los poderes Ejecutivo y Legislativo. “Reclamamos que cumplan con el poder social que se debe cumplir en democracia que es brindar seguridad a las personas y a la propiedad privada”, terminó.