La polémica que generó el fallo que obliga a la empresa Movi a incorporar mujeres a su plantel de choferes y sobre todo las declaraciones del titular de la UTA, Manuel Cornejo, que consideró que no están preparadas para conducir un colectivo tuvo un nuevo capítulo este jueves en el Concejo Municipal.

Allí, un grupo de mujeres que ya trabajó en el sistema de transporte público y pugna por volver agradeció la soldaridad que recibieron de las concejalas, pero a la vez les reclamaron a ellas y a la intendenta Mónica Fein el cumplimiento de la ordenanza sancionada en 2006 que obliga a las empresas estatales a cubrir el cincuenta por ciento de las vacantes mujeres. Es decir, que cada dos nuevos ingresos uno sea de una mujer.

“Muchas veces vinimos al Concejo en busca de hacer cumplir la ordenanza y nunca se hizo nada”, dijo Silvina. El caso de ella es llamativo: empezó a trabajar en el 99 en una de las empresas que se fundió, paso a Rosario Bus y en 2014 la desvincularon. El año pasado hizo un reemplazo de 14 días en La Mixta. “Ahora –dice– hace tres meses que nos prometen que nos van a llamar y seguimos esperando”.

Una compañera estuvo tres meses como reemplazo. Sobre la experiencia, contó que “la gente estaba fascinada viendo mujeres manejando. Creo que este hombre (por Cornejo) no sabe lo que dice”.

Romina Perea, la abogada que patrocinó a las cuatro mujeres que presentaron recursos de amparores para que se cumpla la ordenanza, dijo que estudia realizar una presentación judicial contra los dichos de Cornejo.

“No se pueden dejar pasar. La UTA debería estar acá apoyándo a las chicas y no diciendo esas barbaridades”, se quejó.

También remarcó la ausencia de las empresas en la reunión: “No tienen qué responder”.