Pablo Pérez, el maduro “calentón” de potrero

Es improbable que el discurso de un técnico pueda llegar a conmover a jugadores que ya superaron la barrera de los 30 años y los 250 partidos en Primera, como los casos de Justo Villar – cumple 30 el año que viene -, Rolando Schiavi, Ariel Zapata y Claudio Husain. Pero a los pibes del plantel rojinegro, las palabras de Ricardo Caruso Lombardi los pusieron por las nubes. Incluso más de uno reconoció que luego de la arenga de tan sólo tres minutos en los instantes previos al partido, sintieron que querían salir a “comerse vivos” a los jugadores de Boca.

Uno de estos es el temperamental volante Pablo Pérez, de inesperada presencia ante los xeneizes y de buen rendimiento al final de cuentas. “Estoy muy contento por el triunfo y por la oportunidad que me dio Caruso. La verdad que corrimos mucho contra Boca, a mi me gusta que metamos, que seamos compañeros dentro de la cancha y eso fue lo que pasó”, confió el chico nacido futbolísticamente en las inferiores del club. “Me identifico con el juego que nos pide el técnico. Yo soy de correr y meter mucho, a veces también juego, pero este partido era para meter todo el tiempo”, amplió Pérez.

El volante de la zona oeste de Rosario, ya se entusiasma con el juego ante Independiente, que se llevará a cabo el próximo domingo a las 17.20 en el Parque y con arbitraje de Rafael Furchi: “Hicimos un muy buen primer tiempo contra Boca y la verdad que lo tendríamos que calcar para hacer lo mismo con Independiente”. El mediocampista de la Lepra contó luego más detalles de la relación técnico – jugadores: “Desde un primer momento Caruso se acercó y nos preguntó en que posición nos sentíamos más cómodos y eso a mi me parece muy importante”.

Pérez es un jugador impulsivo, rasgo personal que le costó más de una tarjeta en inferiores y en estos, sus primeros pasos en el fútbol profesional: “Ya estoy grande para esas cosas, lo padecí mucho en inferiores y en Reserva también, pero ya fue. Contra Boca metí una patadita de amarilla pero después me controlé”. Luego amplió respecto de lo anterior: “Eso ya lo curé dentro de mi, ya lo cambié y no va a volver a pasar. Eso queda para el potrero”.