El uso intensivo del aeropuerto rosarino Islas Malvinas pasó factura. Algunos tramos presentan fisuras y cada vez que se mueve un avión, una cuadrilla debe limpiar el asfalto de piedritas para minimizar el riesgo de que una de ellas se cuele en el motor de una nave en movimiento. Y aunque ya se realizan algunas obras de reparación, la cantidad de aviones que despegan y aterrizan en las pistas dificulta el trabajo, por eso desde la terminal pedirán el cierre temporario en marzo, una vez pasada la temporada alta de vuelos, para concluir las obras.

“Nuestro plan es llegar a marzo-abril y solicitar el cierre temporario a los fines de intensificar la reparación de las lozas”, señaló el director del aeropuerto, Raúl Garo, al programa Radiópolis, que conduce Roberto Caferra por Radio 2. “El cierre –aclaró– lo tiene que declarar la administración nacional”.

Mientras tanto, añadió, se trabaja con dos empresas para reparar las fisuras y reponer lozas rotas. Además se dispuso que cada nave se posicione con remolques para minimizar el daño del rodaje y se intentar reducir los movimientos de la aviación general, esto es aviones particulares –protocolares, privados, escolares– que usan la pista.

Por mes, apuntó Garo, se realizan unos 2.000 movimientos en la terminal, entre las naves de las líneas comerciales, las de las escuelas de aviación y los particulares. Este lunes, ilustró, cinco aviones aterrizaron y despegaron en el Malvinas; eran los gobernadores de Misiones, Formosa, Corrientes, Entre Ríos y Chaco que se reunieron con su par santafesino, Miguel Lifschitz, por la hidrovía.

El objetivo, entonces, es pasar el verano. Realizar las reparaciones que se puedan y mantener los vuelos que a partir de ahora comienzan a ser más frecuentes por la temporada –para muchos– de vacaciones.