El coloso de Ramsés II, uno de los más prestigiosos faraones del antiguo Egipto, fue trasladado con éxito de la plaza más concurrida de El Cairo a una nueva ubicación cercana a las famosas pirámides, en las afueras de la capital.

 

La estatua, que pesa 83 toneladas, fue llevada en camión de la plaza que lleva su nombre, frente a la estación de ferrocarril, donde permaneció más de 50 años, y llegó al lugar de destino, en una zona desértica próxima a la carretera que une El Cairo y Alejandría.

 

El monumento, transportado en medio de una multitudinaria ovación en dos plataformas móviles de 128 ruedas, remolcadas por un gran camión, se quedará allí en un almacén especial en espera de ser colocado en el nuevo Museo Egipcio, en la misma zona.

 

"Este es el lugar donde merece estar esta importante estatua. En el Museo más grande del mundo", dijo a la prensa el ministro de Cultura, Faruq Hosni.

 

"Solo falta verlo en la entrada del museo", cuya construcción terminará en 2010, añadió Hosni.

 

La razón para el traslado es el deterioro que sufrió la estatua en su actual ubicación debido a la contaminación acústica y medioambiental causada por los miles de coches que pasan a diario frente al coloso y los temblores causados por el metro.

 

Durante el traslado, la caravana iba encabezada por un camión con grandes reflectores que iluminaban el coloso, acompañado durante todo el trayecto por miles de personas.

 

Esa operación fue llevada a cabo después de que la estatua fuese vendada y recubierta con un elemento viscoso similar a la silicona, a fin de protegerla de los temblores del traslado.

 

La estatua fue descubierta en 1888 en los palmerales de Mit Rahina, próxima a la antigua capital faraónica de Menfis, a unos 28 kilómetros al sur de El Cairo.

 

Ramsés II cuenta con un templo levantado en su memoria hace 3.300 años en Abu Simbel, en la región de Nubia, en el extremo meridional de Egipto, a mil .200 kilómetros al sur de El Cairo.

 

Fuente: EFE