El pueblo de Viganella, en los Alpes italianos, tendrá luz solar por el reflejo de un espejo gigante instalado en la cumbre de una montaña.

El pueblito tiene menos de 200 habitantes, se encuentra en un valle muy pronunciado y todos los años deja de recibir luz solar entre el 11 de noviembre y el 2 de febrero.

Por ese motivo, el alcalde Pierfranco Midali decidió instalar un espejo de cinco metros de alto por ocho de ancho que sigue el movimiento del sol desde las altas cumbres y refleja sus rayos en la plaza céntrica de Viganella.

El espejo demandó un presupuesto de unos 100.000 euros y podría ser tenido en cuenta por autoridades locales de otros sitios con problemas similares en Canadá, Estados Unidos y Francia.