El Papa Francisco comenzó este lunes una histórica visita a Brasil, su primer viaje internacional desde que asumió en el Vaticano, y apenas llegado comenzó a tomar contacto con los fieles en las calles de Río de Janeiro, donde a lo largo de esta semana encabezará la Jornada Mundial de la Juventud. En su primer acto con las autoridades, dijo que no trae “ni oro ni plata, sino lo más valioso, Jesucristo”.

El argentino pisó suelo brasileño por la tarde, luego de que su avión aterrizara en el aeropuerto Galeao. Fue recibido por la presidenta Dilma Rousseff y luego fue trasladado al palacio de gobierno en Río de Janeiro, previo paso por la Catedral, ubicada en el mítico barrio de Lapa.

El Papa viajó en un auto común con la ventanilla baja, saludando a los miles de automovilistas que quedaron embotellados en el camino –se desplegó un amplio operativo de tránsito–, mientras que para él había una vía despejada. Luego abordó el papamóvil para continuar saludando a los miles de fieles que se reunieron en las calles de Río.

Un helicóptero lo traslado posteriormente al palacio de Guanabara, donde celebró una ceremonia oficial junto a Rousseff, quien le propuso “una alianza” para combatir las desigualdades y para diseminar por el mundo iniciativas de superación de la pobreza que han sido exitosas en Brasil.

"Un hombre que viene del pueblo latinoamericano, de nuestra vecina Argentina, agrega más condiciones para crear una alianza (entre el Gobierno brasileño y la Iglesia católica) de combate a la pobreza y de diseminación de buenas experiencias", afirmó la jefe de Estado en el discurso que pronunció en la ceremonia de recepción del Pontífice.

“No traigo oro ni plata, sino algo más valioso”

Luego de la presidenta, Francisco habló desde la sede de gobierno y dejó su primer mensaje desde tierras cariocas. "No tengo oro ni plata, pero traigo conmigo lo más valioso: Jesucristo. Vengo en su nombre para alimentar la llama de amor fraterno que arde en todo corazón y deseo que llegue a todos y a cada uno mi saludo. La paz de Cristo esté con vosotros", afirmó.

Dijo que los jóvenes de todo el mundo que se congregaron en Río "hablan idiomas diferentes, pertenecen a culturas diferentes y sin embargo encuentran en Cristo las respuestas a sus más altas y comunes aspiraciones y pueden saciar el hambre de una verdad clara y de un genuino amor que los une por encima de cualquier diferencia".

"Cristo les ofrece espacio, sabiendo que no puede haber energía más poderosa que la que brota del corazón de los jóvenes cuando son seducidos por la experiencia de la amistad con Él. Cristo tiene confianza en los jóvenes y les confía el futuro de su propia misión. Id y hacer discípulos, vayan más allá de las fronteras de lo humanamente posible y creen un mundo de hermanos", señaló.

Pero los jóvenes -agregó en su discurso en portugués- tienen confianza en Cristo, "no tienen miedo a arriesgar con Él la única vida que tienen, porque saben que no serán defraudados".

"La juventud es la ventana por la que entra el futuro en el mundo y por tanto nos impone grandes retos. Nuestra generación se mostrará a la altura de la promesa que hay en cada joven cuando sepa ofrecerle espacio, tutelar las condiciones materiales y espirituales para su pleno desarrollo, darle una base sólida sobre la que pueda construir su vida", subrayó.

Francisco resaltó en su discurso que la providencia ha querido que su primer viaje internacional sea a América Latina, de donde viajó a Roma para el cónclave en el que salió elegido papa el pasado 13 de marzo y destacó que además sea a Brasil, el país con el mayor número de católicos en el mundo, casi 165 millones.

Tras la ceremonia, Francisco, que se aloja en la residencia religiosa de Sumaré, se reunió a solas con Rousseff en el palacio de Guanabara. Este martes se dedicará a descansar.

Regreso a Sudamérica

Éste es el primer viaje internacional de Jorge Bergogio como Sumo Pontífice y de su primera visita a América Latina desde que fue designado al frente del Vaticano. Miles de peregrinos lo recibieron con los brazos abiertos en la ciudad carioca para participar de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se extenderá a lo largo de esta semana.

Antes de tomar su vuelo, el papa Francisco decidió incluir en su agenda en Brasil una reunión exclusiva con fieles argentinos. El encuentro tendrá lugar el jueves, en Terreirão do Samba, un enorme espacio al aire libre usado para shows y eventos artísticos, con capacidad para 15.000 personas, localizado junto al "Sambódromo".