En medio de uno de los bombardeos de la Alemania nazi sobre la portuaria Liverpool durante la Segunda Guerra Mundial, nació John Winston Lennon, el 9 de octubre de 1940. Junto a Paul McCartney se convirtió en una de las duplas compositivas más importantes e influyentes de los 60 a esta parte (y más allá)

De esa potente unión llamada The Beatles –que también integraron Ringo Starr y George Harrison– surgieron canciones que convirtieron al cuarteto de Liverpool en una máquina de hits pero, también, en el grupo que definió los límites de la canción pop.

Tras separación de la banda, Lennon inició una etapa solista junto a su compañera, la artista japonesa Yoko Ono.

Lo que sigue son sólo nueve canciones de un listado con créditos para multiplicarse varias veces. Entonces, la invitación es a hacer de este decálogo la “intro” de otros tantos tracks para celebrar los 80 años de Lennon.

“Woman” es parte de placa Double Fantasy. El tema se editó en enero de 1981, un mes después del asesinato de John frente a las puertas de su casa en el edificio Dakota de Nueva York.

El tema marca una suerte de continuidad con “Girl” (The Beatles). En ella, Lennon refleja parte de su deconstrucción, ya crítico de la violencia explicita de “Run for your life” y casi ocho años después de “Woman is the Nigger of the World”.

Tanto Rubber Soul como Revolver son dos discos bisagra en la historia de The Beatles. “Nowhere Man” está en el primero. La letra parte de la frustración de pasar “cinco horas tratando de escribir una canción significativa, trascendente y buena hasta que me di por venido y me acosté” (Lennon, a la revista Playboy). En esta letra que no habla de “conocer chicas”, el músico se pensó “sentado en un lugar, haciendo nada y yendo a ninguna parte”.

La psicodélica “Tomorrow Never Knows” cierra el experimental Revolver y constituye uno de los puntos más altos en la discografía del cuarteto. Para muestra de la ambición y la ingeniería de sonido que supuso están Paul McCartney y sus 16 loops de guitarra y el trabajo "capa sobre capa" de las voces (registradas con parlantes Leslie).

La expansiva “A Day In The Life” (Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band) también remite a la experimentación lisérgica de Lennon (al igual que “Tomorrow” y otras tantas composiciones)

La letra ofrece fragmentos de “los diarios del día” a la par que John da rienda a su verborragia, casi “sobre la marcha”. Comienza con un piano y una guitarra acústica, y va creciendo en remolino hasta alcanzar el clímax sonoro.

“Imagine” es, para mucha gente, una suerte de himno que debería encabezar cualquier lista de “canciones de Lennon” por su trascendencia y mensaje políticos: la unión y la paz en el mundo son posibles, depende de cada persona.

El germen del tema está en el libro Grapefruit que Yoko Ono publicó en 1964 con el subtítulo de “instrucciones y dibujos”. En el apartado dedicado a las primeras se leen las frases “imagina a las nubes goteando. Cavá un agujero en tu jardín y guardalas ahí” y “me imagino llorando y usando esas lágrimas para hacerme más fuerte”.

En “Jealous Guy” (también del disco Imagine) Lennon se disecciona en público, se presenta como un hombre celoso, posesivo e inseguro; encerrado en sus emociones. En tanto que en (el simple) "Instant Karma! (We All Shine On) –en el que participan Billy Preston y Harrison– reafirma la idea de que son "las creencias y acciones positivas las que configuran una existencia con el mismo signo".

“Come Together”, como ya se explica en distintas biografías, fue compuesta por Lennon en apoyo a la campaña por el uso (y experimentación) de drogas (puntualmente, LSD) del escritor y psicólogo Timothy Leary.

Aunque, como tema apertura del disco Abbey Road y con las diferencias ya imposibles de sostener entre los integrantes del grupo, la canción cobró en el imaginario colectivo (y solo ahí) otra dimensión (además de “pagar” tributo al "You Can't Catch Me”, Chuck Berry)

Lennon compuso la mayor parte de “Rain”. La canción, además del efecto de pasar la cinta al revés (que se implementó en las grabaciones de Revolver) tiene al bajo de McCartney en una excepcional primera línea de escucha.

El dato no es menor: en las primeras ediciones en CD de The Beatles, con un irracional recorte de frecuencias, esa línea era prácticamente inaudible (era otra canción).

La lista cierra con "I Am the Walrus"