Juan Carlos Kreimer escribió Punk. La muerte joven en 1977 cuando los grupos más representativos del género “estaban en su esplendor”. El registro empezó como la novela de un argentino en el exilio, en Londres, más precisamente.

Sin embargo, el relato no prosperó como ficción pero sí como una serie de crónicas en primera persona –influenciadas por el incipiente Nuevo Periodismo– que cristalizaron por entonces –y lo siguen haciendo. el nacimiento , crispación y deceso del punk.

Ese título, que se publicó en Barcelona en enero de 1978 y circuló en fotocopias de primera y segunda mano (no siempre completas), tiene revancha “ejemplar”.

Editorial Planeta editó recientemente Punk. La muerte joven en 1977 e Historias paralelas, una versión aumentada del volumen que Bruguera lanzó originalmente.

“No toqué nada de la primera parte, la dejé como estaba. Le agregué cien páginas nuevas (Historias paralelas) y muchas fotos”, explic. el periodista, escritor, editor y “testigo” Juan Carlos Kreimer a Rosario3.com.

De este modo, el ejemplar (con todas las hojas) se desdobla en un “aquí y ahora” de quien estuvo en el lugar indicado en el momento justo y, en la recta final, ofrece una serie de lecturas en perspectiva de esa situación fortuita.

“Yo estaba ahí de casualidad. Me podría haber ido a Brasil o París”, disparó.

Ser o no ser (punk)

“Los chicos punk no inventaron nada. Ellos sólo sacaron su rebelión. ¿Y qué es la rebelión, la disconformidad? Es el mayor contacto consigo mismo. Es ver la farsa de lo que ocurre afuera”, apuntó Kreimer para contextualizar la irrupción de las crestas: de la fastuosidad de los festejos del Jubileo de plata de la reina (Isabel II) a “las miserias que había en Inglaterra”.

Vale recordar que "Dios salve a la reina" (God Save The Queen), de los Sex Pistols, era por entonces (1977) una especie de himno punk y te “invitaban” a comprar el disco (Never Mind The Bollocks ) para “protestar.”

“El punk murió apenas nació porque enseguida fue cooptado por el sistema”, señaló el escritor (para más datos, ver biografía de Malcolm McLaren).

 “Sabían lo que no les gustaba, pero no tenían un modelo (…) Y de alguna manera, la música, que era el canal por el que se comunicaban los jóvenes, fue lo primero que se vio”, abundó el otrora colaborador de Eco Contemporáneo para sincerar la desazón.

Hasta el neoliberalismo y más allá

“Pasado su esplendor, el punk ha tallado en otros campos de las expresiones artísticas; en la convivencia y en otros caminos que tienen un trasfondo muy similar al pun. que no es otra cosa que el contacto consigo mismo. Es no tragarse la mentira que te venden de afuera, como los políticos, la sociedad y el sistema en el que siempre sos consumidor de cosas y no un ser que tiene otros valores. Entonces, el punk es mucho más sagrado, te diría, que esa imagen que todo el mundo tiene”, ahondó Kreimer a la hora de explicar los textos incluidos en la parte “aumentada” del libro.

El “primer punk argentino”

El autor atribuyó la llegada del punk a la Argentina más a que un profeta o pionero, a una intersección de hechos.

El ex periodista de La Opinión y Primera Plana habló de “argentinos que viajaban a Europa por entonces “, y citó en la entrevista el caso de Hari B (Pedro Braun), miembro fundador de Los Testículos (luego, Los Violadores).

También recordó la existencia de la revista Hurra: “Era una especie de desprendimiento de Humor en la cual Gloria Guerrero pirateó prácticamente todo mi libro.”

Asimismo, apuntó la circulación de la versión fotocopiada de la primera edición de su libro: “También Xérox ayudó a que se difundiera el punk.”

“La ideología punk pegó en el vacío que había provocado el fin del primer ciclo de rock argentino, con Adiós Sui Generis y (el hecho de que) todavía no había un renacimiento como el que hubo después de Malvinas. Si bien había música y actividad, hubo un gran vacío creativo porque había una gran represión”, completó

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