Virus regresa a los escenarios en el marco de una gira internacional que tiene a Rosario como una de las plazas. El periplo, que se presenta como una “despedida” de la banda insustituible en cualquier repaso del rock y el pop argentino, tiene a Marcelo y Julio Moura en la primera línea, junto al también integrante fundador Mario Serra.

En formato sexteto, la banda platense recorrerá su discografía con versiones entre originales y revisadas de clásicos como “Wadu Wadu”, “Pronta Entrega”, “Me puedo programar”, “Amor descartable” o “Imágenes Paganas”.

“Entendemos que Virus está en las canciones que nos han trascendido y que nos han atravesado también”, sostiene el guitarrista Julio Moura en diálogo con Rosario3.

En la charla, el músico y compositor habló de la gira en ciernes, del legado de Virus y las “nuevas músicas” y de la sociedad compositiva con su hermano Federico Moura: “Él es parte de la historia y está en la gente. Se transformó en un mito”.

—¿Cómo surgió la idea de volver a girar?
—En un charla le propuse a mi hermano Marcelo y a Mario (Serra) una vuelta distinta de Virus, un regreso con otra mirada de nuestra historia musical. Así surgió esta gira.

—¿Cómo organizaron el setlist?
—Es complicado porque en un show de un poco más de una hora y media no podés tocar todo ni tampoco conformar a todo el mundo. Lo que hicimos fue armar listas paralelas que vamos cambiando. También, a lo largo de los años las versiones fueron cambiando... Creo que, en parte, hemos vuelto al origen, mas allá de que hay algunos temas que decidimos hacerlos distintos, pero hay una unidad en el respeto. Entendemos que Virus está en las canciones que nos han trascendido y que nos han atravesado también.

—¿Hay alguna canción o disco en particular que disfrutes más?
—Eso va cambiando con el tiempo. De mi parte, como compositor, hay una relación con determinadas canciones que me llegan mucho, como “Pronta entrega”, “Dame una señal” o “Tomo lo que encuentro”. Pero, al menos en este último tiempo, me pasa que me gusta mucho Superficies de placer. Lo disfruto un poco más.

—La gira se anuncia con fechas en Argentina, Latinoamérica y España. ¿Qué expectativas tienen respecto a este regreso internacional a los escenarios?
—Estamos mucho más exigentes, no por una obsesión sino porque es parte de la evolución musical. Como te decía, estamos haciendo las versiones originales, pero eso siempre se actualiza con el sonido.

—¿Cómo fue el reencuentro con Mario?
—Mario estuvo con nosotros y con Federico en el inicio del grupo y tengo una admiración muy grande por él. Ama profundamente la música y la batería. Para mí es un placer, un reencuentro maravilloso.

—Casi dos generaciones pasaron desde el inicio de Virus. ¿Qué mirada tenés al respecto?
—No puedo ser objetivo, pero indudablemente nuestra música está. Voy al supermercado y la escucho. Eso me parece que es un indicador. Claro que también están las convocatorias en estadios o las ventas de discos. En lo que pienso es en el sentido que transmite la música. 

—Hubo momentos en los que el pop, la new wave y el electropop no tuvieron, por decirlo de algún modo, buena reputación. No es lo que ocurre hoy. Virus fue parte fundante en el desembarco de esos géneros en Argentina. ¿Reconocés algún artista o banda que continúe con el legado?
—Es difícil ponerme en ese lugar. Creo que son los mismos artistas los que hablan de nuestra “influencia”, dicho entre comillas. Pienso en cuando comenzamos con esa estética.... No empezó siendo tan resistida como se dice en la prensa: Si bien hubo críticas, bueno, las hubo siempre. A eso te tenés que acostrumbrar.

—¿Y cómo ves a las voces generacionales hoy?
La música se ha corrido hacia otro lugar, una expresión que también tiene que ver con la cuestión social. No lo cuestiono, pero sí coincido con Charly (García) que dijo una vez que “lo que se ha perdido son la armonía y la melodía"; el romanticismo. Ha quedado como una cosa más de arenga con una una base medio siempre igual y con alguien arriba cantando. Pero esto es solo un punto de vista.

(Instagram)

—¿Qué recuerdos tenés de esa escena de finales de los 70 y comienzos de los 80 en La Plata, que fueron la base de Virus?
El rock era la manera de comunicarse. En 1979, nos encontramos con Federico, que era unos años más grande que yo, y empezamos a componer. Virus fue una plataforma del lanzamiento para todos. Teníamos un entusiasmo que no nos paraba a nadie. En enero del 80 debutamos y en 1981, ya teníamos el primer disco (Wadu Wadu). Fue todo muy vertiginoso. Había mucha energía, muchas ganas de expresarse a través de una especie de contracultura. Era la libertad, salir a la calle, bailar... Nos tildaron de frívolos cuando, en realidad, era la necesidad que tenía la gente de divertirse después de tanto temor y opresión.

—Con Federico formaban una sociedad compositiva. ¿Cómo era esa relación? 
—Los dos habíamos hecho caminos musicales independientes cuando nos encontramos. Por lo general, yo hacía la música y él, las letras. No era que nos veíamos todos los días sino que nos juntábamos y los temas salían. Eso fue algo que, cuando él murió, se perdió para siempre. Para mí fue algo muy difícil porque, al dolor de la muerte de tu hermano se sumaba el hecho de saber que eso no iba a continuar más. Era un gran artista... la muerte.... estaba en su mejor momento.

—¿Recordás algún momento de esa “sociedad” en particular?
—Estábamos terminando el disco (Locura), nos faltaban dos o tres temas. Entonces, lo llamo un día para contarle que tenía la música. Me dijo: “Bueno, vení a casa”. Yo le dije no, que viniera él a la mía. Nos peleamos. A la media hora llegó y me dijo que le muestre lo que tenía. En 40 minutos terminó la letra de “Pronta entrega”. A veces, un tema está dando vueltas por días y no llegás a nada. Lo recuerdo y es gracioso porque se fue enojado.

—Antes dijiste que Federico “estaba en su mejor momento”
—Es que a partir de esa relación veía cómo él iba creciendo en todo su desarrollo: como cantante, su imagen, su interpretación. En la grabación de Superficies de placer, él comenzó con una neumonía y fue el disco en el que mejor cantó. Lo acompañamos en toda grabación y ponía la piel de gallina por la emoción que tenía él y por su interpretación. Es difícil, insisto, es tan subjetiva mi mirada.

—Entiendo. Era tu hermano y, también, una persona de la que habla todo el mundo
—Se han dicho tantas cosas. Escucho y me agarró la cabeza porque no sé de dónde las sacaron. Federico es parte de la historia y está en la gente. Se transformó en un mito.

Con Julio Moura (voz y guitarra), Marcelo Moura (voz y teclados), Mario Serra (batería), Ariel Naón (bajo), Patricio Fontana (teclados) y Agustín Ferro (guitarra), Virus se presenta este viernes a las 21 en la Sala de las Artes (Suipacha y Güemes).

Los tickets pueden adquirirse a través del sistema entradaplay.com y en Córdoba 1369 (local 9).

La gira de Virus sigue este sábado en la capital provincial. En los próximos meses se anuncian conciertos en las ciudades de Córdoba y Buenos Aires, y en América Latina, Estados Unidos y España.