El origen del mal se ubica en la década del 70 en Londres, escenario de la revolución punk. Estella es brillante, creativa e inteligente. Y algo más: estafadora. Sueña con destacarse en el mundo de la alta costura, pero se rodea de un par de ladrones ávidos de su espíritu intrépido y aventurero.

Su vida cambiará el día que conozca a la Baronesa von Hellman, elegante y a la vez devastadora y sádica, una leyenda de la moda que quedará cautivada por el talento de esa jovencita. El vínculo entre ellas y los acontecimientos que a partir de allí irán surgiendo despertarán en Estella su lado perverso, convirtiéndose en Cruella de Vil, disonante, vanguardista y sedienta de venganza.

Ese es apenas el comienzo de Cruella, la nueva película de los estudios Disney que se estrena este viernes en su plataforma (Disney+) y está protagonizada, bajo la dirección del australiano Craig Gillespie (Yo soy Tonya), por dos actrices que ya supieron levantar su propia estatuilla en los premios Oscar: Emma Stone como Estella (y Cruella, claro) y Emma Thompson en la piel de von Hellman.

"Vieron algo maligno y terrible en mí. Y lo agradezco", se sinceró Stone en un diálogo con EFE sobre la convocatoria de Disney, que la tuvo como única elección posible para Cruella, que en 1961 llegó a las salas con ese clásico de los dibujos animados llamado 101 dálmatas, basado en la novela homónima de la británica Dodie Smith, publicada en 1956.

De esa forma Disney alumbraba una malvada que terminaría siendo icónica, dejando en el imaginario colectivo una villana y no una heroína.