Nación y Provincia le pusieron algo de sensatez a la crisis de seguridad al encauzar por carriles institucionales lo que hasta el lunes pasado eran peleas descarnadas entre ambos gobiernos. Del “vos no entendés nada”, al “sos vos el que no entiende nada”, que se habían espetado Aníbal Fernández y el gobernador Omar Perotti, se salió por arriba como se sale de los laberintos.

El encuentro cara a cara en Buenos Aires el lunes a la noche entre el presidente Alberto Fernández y el gobernador sirvió para parar la pelota y encaminar el diálogo institucional que requiere una región que se agita entre récords de violencia y deudos deambulando por tribunales, fiscalías y oficinas gubernamentales para conseguir justicia por sus seres queridos.

El gobernador en particular desensilló y cambió el reclamo y la pelea, por acción y gestos de apaciguamiento. El lunes a la noche se fue a ver al presidente. Fue una reunión dura, pero permitió sosegar el mal momento de la relación entre ambos. El martes recibió al intendente Pablo Javkin y a los Familiares y Víctimas de la Inseguridad que acampaban en la sede de Gobernación. El jueves mantuvo una extensa charla con el recién asumido jefe de Gabinete nacional Agustín Rossi. El viernes se puso al frente de una convocatoria con jueces penales y fiscales de primera y segunda instancia de la Justicia federal y provincial.

Aunque no tiene que ver con seguridad, la firma del decreto que establece el cronograma electoral de la provincia, se entiende en el mismo contexto: como un gesto a la Unión Cívica Radical (UCR) que insistía en tener certezas, a pesar de que por ley el Ejecutivo tenía un mes todavía para publicarlo.

Hubo otros gestos de Perotti para descomprimir hacia adentro y hacia afuera. De eso se trató la presencia de la ministra de Gobierno Celia Arena en la asunción de Rossi, su adversario en la interna peronista santafesina. La foto incluyó a la vicegobernadora Alejandra Rodenas, que también marcó presencia en la Casa Rosada.

En definitiva, fue una semana en la que el gobernador hizo lo que Rosario le pide: ocuparse personalmente, tener presencia, liderar, convocar, escuchar de primera mano y estar encima de la agenda de seguridad. Porque, como dijo Rossi en su primera entrevista como jefe de Gabinete cuando le preguntaron por la ciudad, “la situación de Rosario es de gravedad, póngale el grado que quiera y se va a quedar corto”.

La llegada de Rossi a la Jefatura de Gabinete abre un abanico de expectativas. En términos político-personales hay mucho en juego porque lidera un sector político que es protagonista en Santa Fe e incluso ya tiene a Leandro Busatto lanzado como precandidato a gobernador y a Roberto Sukerman a la intendencia de Rosario. En su rol institucional, hay temas que dependen de él y otros no. Podrá estar encima de los ministros para que agilicen expedientes y acciones, pero la resolución de los temas referidos a la Justicia federal es parte del atasco en el que quedó la relación entre oficialismo y oposición y que tiene cuasi paralizado el Congreso, el Consejo de la Magistratura y otros organismos.

En ese sentido, la convocatoria a sesión para el próximo 28 de febrero en Diputados lo dice todo: dos temas, los más urgentes y que pueden acordarse con los bloques provinciales, moratoria previsional y reglamentación de historias clínicas digitales. Juntos por el Cambio decidió que no volverá a sesionar mientras se siga adelante con el juicio político a la Corte.
Más allá de que es discutible abrir un juicio político con el objetivo de desgastar al máximo tribunal cuando se sabe que no hay apoyos suficientes, la sobreactuación de JxC en su defensa tiene costos enormes para el país.

Para colmo, los cortesanos no ayudan mucho, ocupados en sus disputas de poder palaciegas y alejados de la calle. No hace falta agregar nada a las declaraciones radiales del presidente del Colegio de Magistrados de Santa Fe, Gustavo “Toto” Salvador, después de enterarse que tras la amenaza por whatsapp dirigida al juez federal de Venado Tuerto Aurelio Cuello Murúa (y a fiscales, intendente y senador), el presidente Horacio Rosatti se comunicó personalmente con el ministro Aníbal Fernández para pedirle que garantice la seguridad del juez y otros funcionarios judiciales, y éste envió en persona al jefe de la Policía Federal a Venado Tuerto.

"Desde 2018 estamos transitando esta situación. Hubiéramos deseado que en ese momento también se tuviera en cuenta. Bienvenido sea que después de cuatro años, esto tenga trascendencia en la capital del país”, dijo en referencia a los ataques a balazos a edificios de Justicia e inmuebles personales de jueces y fiscales provinciales y un largo listado de amenazas. Y eso que dos de los cuatro ministros de la Corte son santafesinos.

Otro juez provincial tradujo en off lo que Salvador dijo con la mayor diplomacia posible: “Que Rosatti se preocupe por un juez y le manden al jefe de la federal por un whatsapp, cuando a nosotros y los fiscales hace seis años que nos cagan a tiros y nunca aparecieron, da mucha bronca”.

La convocatoria que encabezó el gobernador a la Justicia provincial y federal fue bien valorada por los participantes. “Fue una buena reunión, productiva, que llegó tres años tarde”, dijo una voz que estaba en representación de la Justicia federal. “Mucho dependerá de qué hagan de ahora en más las autoridades políticas con todo lo que se habló”, dijo otra voz del fuero provincial. Se expusieron las falencias y déficits de cada una de las instituciones, se coordinaron ideas y se hizo mucho hincapié en el descontrol de cárceles y la Policía. Se convino reiterar el pedido por más agentes federales, no sólo por la cantidad, sino para no depender exclusivamente de la Policía y que convivan en el territorio; y por refuerzos y reformas para la Justicia federal. Se acordó mantener la convocatoria con periodicidad corta.

Según pudo saber Rosario3, el fiscal general Jorge Baclini insistió en las dificultades del Ministerio Público de la Acusación (MPA) en cuanto a presupuesto y personal. Es justo que la dirigencia santafesina le reclame a Nación, pero también hay cuestiones que están en falta acá: el Organismo de Investigaciones adquirió tecnología pero le falta personal, y el que hay está en condiciones precarias. Son los que extraen y analizan con software especiales la información de los teléfonos que permiten acceder a pruebas, desde la estafa de Vicentin hasta las órdenes de asesinatos de las bandas criminales. O los que analizan evidencia de origen biológico. Otro tanto ocurre con la escasez de empleados que hacen de soporte del trabajo de los fiscales en la Fiscalía Regional Rosario.

Oportunidades y rosca

 

Se sabe, toda crisis representa una oportunidad. En este caso, para el intendente Javkin fue la de hacerse escuchar mano a mano y pedir financiamiento urgente para urbanizar los barrios más calientes de la ciudad. El presidente le pidió un detalle de situación y necesidades, le habilitó una audiencia urgente con una ministra de su máxima confianza (Victoria Tolosa Paz) y lo recibió personalmente junto con Rossi.

Después puede no pasar nada, como en otras oportunidades y otros gobiernos, es cierto, pero con lo difícil que resulta hacerse escuchar, una promesa y un compromiso público es bastante más que nada.

Además de entrevistarse con la ministra de Desarrollo Social y el presidente, el intendente se encontró con el presidente de la UCR nacional Gerardo Morales. Reunión y foto motivadas en la problemática de la seguridad y que los radicales decidieron abordar con una carta documento para los mismos funcionarios que Javkin iba a ver. Una situación un tanto extraña, que motivó chanzas en el mundillo político, pero que tiene un trasfondo al que nadie dejó de prestarle atención.

Cambiemos con Ganas se ha transformado en un gran productor de mensajes fotográficos. Viene exhibiendo la cercanía con un sector del socialismo en instantáneas de Carolina Losada y Dionisio Scarpin con Clara García. La foto con Morales la gestó el diputado provincial Julián Galdeano, presente también junto con los senadores Losada y Scarpin, y el diputado nacional Mario Barletta, todos potenciales precandidatos a la Gobernación.

Con respecto a esta última foto, no cabe más que leer la juntada como un mensaje a las distintas tiendas del radicalismo santafesino. Mostrarle a Maximiliano Pullaro que ese eje interno del Frente de frentes tiene banca nacional. Y a la vez, una reafirmación de la alianza interna entre Javkin y el sector radical Cambiemos con Ganas, que si bien no es cerrado, está cobrando un protagonismo que hasta hace poco era exclusivo de los Radicales Libres que se  referencian en la presidenta del Concejo municipal, María Eugenia Schmuck y el rector de la Universidad Nacional de Rosario, Franco Bartolacci.

Mientras Galdeano & Cía le abren las puertas en el comité nacional a Javkin y lo acompañan con Losada, que es la figura electoral santafesina que hoy más mide en las encuestas, Bartolacci volvió a demostrar capacidad de convocatoria en torno a la Universidad sobre el tema inseguridad.

Y mientras en el subsuelo del Frente de frentes que integran la UCR, el socialismo, el PRO y Creo, entre otros, algunas alianzas internas se alinean, otras se tensan. En el plano de lo formal ya hay comisiones dedicadas a trabajar el nombre, el acuerdo de constitución y otra responsable de aportar contenido y narrativa a los objetivos comunes, que surgirán de los lineamientos y acciones que defina la mesa política.

Las tensiones son múltiples, propias de la proximidad del calendario electoral. Una de las que está candente en el socialismo es por quién será el candidato a intendente. El sector Conducción que postula competir con candidatos socialistas en todas las categorías está decidido a empujar a Enrique Estévez Boero, relegando una vez más a Leonardo Caruana: un dirigente partidario y legislativo contra un funcionario experimentado, que lideró la Salud pública (el 50% del personal de la Municipalidad y el estandarte de las gestiones socialistas) con tres intendentes diferentes. El primero se acerca apoyado por Clara García, Mónica Fein, el diputado Joaquín Blanco. El segundo viene con el respaldo de Fuerza del Territorio y el sector del ex gobernador Antonio Bonfatti.

Si bien la opción del Frente de frentes no es de su mayor agrado, Caruana le dijo a su entorno que ve como una limitante que no fluya naturalmente en el socialismo la posibilidad de ser la síntesis de todos los sectores, y que quienes impulsan a Estévez Boero implícitamente le proponen una interna de la interna del Frente de frentes en la ciudad. Un escenario que habla del internismo que carcome al PS y que resulta poco tentador para quien acumuló tantos laureles para las gestiones socialistas. Con todo, no es el único factor que influirá sobre la posibilidad de ser o no candidato a Rosario ya que no está definido aún si el propio Javkin no se presenta para otro mandato. 

Según el cronograma electoral, la inscripción de alianzas será el 7 de mayo, y las candidaturas el 12, pero en marzo empezarán a tomar forma. No está lejana una convocatoria en el peronismo provincial para empezar a trazar reglas de juego claras. Y en marzo el Frente de frentes tendrá su presentación formal. Falta ver cómo maduran otros espacios menores, como Punto de Partida, de Carlos Del Frade y Rubén Giustiniani y los de la derecha libertaria.

La rosca política primero y el proceso electoral después convivirán con la delicada y dramática situación de seguridad. Un combo que si no se morigera debidamente sólo profundizará el desapego y enojo social hacia la dirigencia política. Por eso, como se escribió la semana pasada en relación a las diferencias políticas que se transforman en un show público indigerible: si no hay sentimientos, por lo menos que haya sensatez.