Tal vez alguien haya pensado que no iba a llegar el día pero finalmente, llegó. Desde el Concejo Municipal, organismo de cogobierno de la ciudad que también tiene grados de responsabilidad, salió el pedido para poner en valor las dos últimas cuadras de la peatonal Córdoba. 

El titular de la comisión de Producción, Eduardo Toniolli, elevó el pedido tras un requerimiento de la asociación de comerciantes llamada “Casco Histórico”: “Hace tiempo que quienes le dan vida a la actividad comercial en el centro, y un grupo de vecinos que habitan en la zona, reclaman que se recupere la cuadra de Córdoba que va de Maipú a Laprida”. Resulta curioso que ni la Asociación Amigos de Peatonal Córdoba ni la Asociación Empresaria de Rosario (muy activas cuando hubo que reclamar que se aceleren las obras de la Empresa Provincial de la Energía o para pedir patrullaje en las ventas previas a las Fiestas de diciembre) se sumaran al pedido, que se sustenta en una rápida mirada a esos metros y la siguiente, muy cerca del Palacio Municipal. 

Una escena que hace años se da, por ejemplo, en la Plaza Montenegro (frente al Centro Cultural Fontanarrosa) o que queda evidenciada en la caída de un poste de luz en Córdoba y Corrientes, que hirió a tres mujeres que pasaban casualmente por la zona. Una caída que fue captada casi en vivo por las cámaras de El Tres, en momentos de una protesta de Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), cuyos representantes desaparecieron ni bien informamos que había pasacalles atados a esa columna. Era parte de una protesta de los científicos del Conicet, que se oponen legítimamente a los recortes y falta de inversión en investigación. 

Todos signos que dan a entender que hay un estado en retirada o que no se cuidan estos detalles. Aunque el director de alumbrado, Jorge Nocino, haya dicho que "se deben realizar las pericias correspondientes que determinan las causales del accidente ya que es una situación anómala" pero que la conjetura más fuerte es "el esfuerzo extraordinario que se ejerció sobre la columna", no tranquiliza. 

La caída no convive bien con el hecho de que hace un año se inauguró un semáforo peatonal "para millennials” adictos al celular. Porque, precisamente ésa fue la crítica durante años, que se gobernaba para el centro de la ciudad. Para el “radio de los bulevares”. 

Atando estos indicios, que de ninguna manera desmerecen acciones de recuperación urbana como se hizo con calle San Juan mediante un plan especial para esa área o el hecho de que haya locales comerciales vacíos producto de la recesión, la imagen no es precisamente esperanzadora. Las obras de cloacas, el ensanche y mejora de grandes avenidas, la urbanización que propone el Plan Abre, injustamente, no contrapesan lo lacerante del cachetazo. No se consigue reacción rápida.

Sí revela la picardía política de concejales que saben lo que significa pegar “donde duele”, gremios que hacen una apropiación incorrecta del espacio público (que se puede usar para protestar, pero sin poner en riesgo bienes que son de todos), a la vez que cuenta silenciosamente que no hay hambre de gloria en los funcionarios de las segundas y terceras líneas. No se parece estar detrás de la imagen de una calle peatonal que es la puerta de entrada al Monumento, la Catedral, el Monumento a los Caídos en Malvinas. 

El propio Concejo, que se entera por otros que a tres cuadras hay sensación de abandono y falta de mantenimiento. Nadie parece caminar, recorrer a pie para oír una realidad que está ahí, en las calles del Centro, donde los pasos se pierden antes de llegar a sitios históricos. Todo es olor a último round.

La pelea verdadera por mejorar no empezó. La que la suplanta es la pelea política a través de los medios. Pero la peatonal está así. Se puede ver si alguien se decide a aventurarse.