Un hombre de 35 años y su prima de 23 fueron imputados este miércoles por haber arrojado un escrito amenazante dirigido a la familia Di María en el country Funes Hills. Para el fiscal Pablo Socca, el hecho –al que calificó de intimidación pública– buscaba “infundir temor y generar conmoción en la población”. Y enmarcó la intimidación en la coyuntura que atraviesa la ciudad desde diciembre, donde se cometieron homicidios de trabajadores al voleo y a diario aparecen amenazas al gobierno. Todo ello desde que fueron relocalizados presos de “alto perfil” y del endurecimiento de las condiciones de detención en cárceles provinciales, pero también federales, según la hipótesis de la Fiscalía.

Al término de la audiencia, el juez Pablo Pinto dictó prisión preventiva efectiva para ambos por el plazo de ley, es decir, un mínimo de dos años hasta un posible juicio. ¿El delito? Amenazas calificadas, intimidación pública y portación de arma.

Pablo Acotto, un transero de Pérez, y Sara Gutiérrez cayeron el 27 de marzo a las 3 de la mañana, cuando se iban de un departamento temporario y fueron interceptados en Moreno y Rioja por personal de la PFA que trabajaba de encubierto. También fue aprehendido –y luego liberado– un chofer de Uber que los trasladaba y que había dejado su celular cargando en el departamento, lo que motivó el secuestro del aparato. En la vivienda, además, había una pistola .22.

El hallazgo del vehículo, poco antes de la detención de Acotto y su prima.


Un rato antes, a las 2, personal del Comando Radioeléctrico (CRE) había dado con el auto Megane gris que Acotto y Gutiérrez habían usado para trasladarse a Funes y dejar el escrito frente al country. El coche –al que habían intentado prender fuego– estaba en la zona de Provincias Unidas al 4000.

En busca del Megane gris

El lunes 25, el Megane fue captado por el sistema de monitoreo municipal en su recorrido por Funes, donde sus ocupantes dejaron un escrito frente al barrio privado de Fuerza Aérea al 4200, donde viven los padres de Ángel "Fideo" Di María, el astro de la Selección Argentina. “Decile a tu hijo Ángel que a Rosario no vuelva más (…)”, decía la amenaza acompañada de detonaciones al aire.

La enorme repercusión de la noticia y filtración de imágenes a la prensa pusieron en alerta a Acotto y a Gutiérrez, que buscaron refugiarse en un departamento temporario de Moreno al 900, “frente a la Maternidad”, tal como quedó asentado en las escuchas de un teléfono intervenido.

El mentado Megane gris, captado por una cámara de Funes.

La difusión de las imágenes del Megane, que ameritó un tirón de orejas por parte del fiscal Socca a personal policial y una polémica con el municipio vecino, no fue del todo contraproducente.

Ocurre que detectives de la PFA reconocieron el auto gris como uno de los vistos en una incipiente investigación sobre un puesto de venta de drogas ubicado en Pérez, en Formosa al 600. El “búnker de Tamara L.”, una mujer que mantenía una relación amorosa –y era compañera de transas– con Acotto, que en ese momento era sólo como "Pali" para los investigadores.

De hecho, los detectives de la División Operativa de la PFA recordaron haber visto el Megane el pasado 19 de marzo en el búnker de Tamara. El dato llegó al Socca. Al igual que otra pista que aportó el jefe del CRE de Rosario, cuyo personal había identificado a Acotto en el Megane el 23 de marzo a las 22, tal como recordó un subinspector que participó del operativo de control vehicular.

El búnker en la periferia de Pérez.

El Megane gris, de acuerdo con las averiguaciones de la PDI, estaba a nombre de un joven de Arroyo Seco que lo había vendido en junio de 2023 y había realizado la denuncia de venta.

El comprador, Nicolás H., había sido detenido el pasado 24 de febrero en la localidad Álvarez, bajo sospecha de integrar una banda de narcomenudeo que operaba en Piñero y Álvarez. Pero el Renault, pese a que llegó a ser fotografiado por la PFA, no fue ubicado al momento de esos allanamientos. Y terminó en poder de Acotto, señalaron los voceros judiciales.

Así las cosas, aún permanecen en la oscuridad las personas que buscaron “infundir temor y generar conmoción en la población” con el “laburo” que le mandaron a hacer a Acotto, que terminó arrastrando a su prima Sara, a quien le prometió una paga de 100 palos (posiblemente 100 mil pesos).

Para la Fiscalía, el temor y la conmoción buscada se explican en la selección de la víctima –"un jugador de fútbol de fama mundial"– y la mención en la nota al gobernador Maximiliano Pullaro, en momentos en que suceden "hechos de enorme repercusión –homicidios de trabajadores inocentes, amenazas sistemáticas a funcionarios del gobierno provincial y ataques a balazos a edificios públicos, bancos y escuelas– desde diciembre de 2023, producto de la relocalización de presos de alto perfil y el endurecimiento de las condiciones de detención en los lugares de alojamiento".

Las escuchas sobre el teléfono de Acotto y de su novia Tamara dieron cuenta que el hombre recibió una oferta de “cuatro palos” para arrojar el cartel a los Di María. La referencia, acaso, se corresponda con 400 mil pesos y no 4 millones. De todas maneras, la Fiscalía no tiene constatado que haya cobrado la plata del trabajo encargado por los “de arriba”.

Además, otras escuchas de la Federal que venía investigando el búnker de Tamara dieron cuenta de que Acotto iba a hacer “trabajos”, solía ausentarse y no atender el teléfono, y que la propia Tamara ni siquiera estaba al tanto, e incluso reprobaba esas incursiones en el delito.

La madre Acotto también mostraba su reprobación. Como lo muestra una charla del 22 de marzo entre Tamara, que no encontraba a Acotto, y la madre de este.

“Hace de anteayer que no está acá –respondió la madre de Acotto–, ¿trabajo de qué se fue a hacer? ¿De gente de (la) droga? Bueno, entonces que se cague si lo agarran por eso, que se cague. Tiene que estar preso, no afuera. Que deje de romper los huevos, así se encargan ustedes de ir a llevarles las cosas, porque yo ya le dije. Salgan de esas pelotudeces, salgan porque yo no muevo un dedo”.