El hombre asesinado el viernes por la tarde en barrio Ludueña se llamaba Juan Ángel Alegre. Tenía 57 años, era cartonero y vecino de Minetti al 5800, a unas quince cuadras de donde lo mataron.
El tiratiros dejó un escrito que tiene como destinatario, entre otros, a un tal “Edgar”, un transero que opera en la zona donde cometió el homicidio. Los investigadores manejan como principal hipótesis que la víctima fue utilizada por bandas rivales para quemar el búnker o empiojar la zona del enemigo, una modalidad con antecedentes en varios puntos conflictivos de la ciudad.
Nada hace pensar a los detectives que Alegre haya tenido un conflicto que haya decantado en su muerte violenta. El viernes a las 18 le dispararon por la espalda en Felipe Moré y Esquiú, a la altura del 400 bis, zona de los límites de Ludueña, Empalme e Industrial. Pasadas las 20 el hombre murió en el Clemente Álvarez (Heca) producto de disparos en zona lumbar, estómago y brazos.
En la escena del crimen encontraron una declaración de guerra a Edgar, al que “la mafia” intima a “pararse de manos”. Este elemento y testimonios abonaron la hipótesis de que Alegre pagó con su vida un conflicto del que era ajeno, indicaron a Rosario3 fuentes del caso.
En las redes despidieron con palabras de dolor al hombre. “Pobre Juan. Siempre un tipo educado y jodón. Espero que se haga justicia. La verdad que me cayó muy mal la noticia. Hasta siempre, "Gato", como te decían todos los chicos”, dijo una mujer.
Otra persona no ocultó el disgusto que le provocó enterarse de quién era la víctima, a quien le arrebataron la vida como si nada valiese: “Era mi vecino. Un hombre muy bueno, él se ganaba su peso juntando cartón, cirujeando, acá el barrio está muy conmovido por la situación. Aún no se puede creer de la forma que lo mataron, él siempre con sus alegrías, con sus jodas, que el Señor consuele a su familia y le dé fuerzas”.