Una comerciante de la zona de Córdoba y España denunció que en los últimos veinte días fue víctima de dos situaciones idénticas en las que supuestas mecheras le arrojaron un líquido en su cabeza, como si se tratara de excremento de los pájaros, con la finalidad de distraerla y robarle.

Ambas situaciones ocurrieron en el mismo lugar y a la misma hora. En la primera ocasión, le sustrajeron el celular; en la segunda ya estaba advertida y pudo ver a tres personas involucradas en la maniobra de robo. La semana pasada se registró un hecho similar en San Luis al 1500.

"La primera vez fue hace veinte días, alrededor de las 19, en la vereda de Arzobispado (Córdoba al 1600), cuando sentí que me había caído algo en la cabeza. Como en esa cuadra hay muchos árboles y palomas, miré hacia arriba y levanté las manos para tocarme el pelo, para ver si me había ensuciado y comprobé que tenía algunos mechones del cabello mojados. Al llegar a casa –vivo allí cerca– advertí que no tenía el celular en la cartera", contó Carina, en diálogo con el programa AM-PM (Radio 2), quien se quedó con la duda sobre si se lo habían robado cuando se detuvo en el cordón de la vereda de Córdoba y España, mientras esperaba para cruzar, o en la vereda del Arzobispado, cuando se produjo el confuso episodio de "las palomas".

Pero la semana pasada le volvió a pasar lo mismo, en el mismo lugar y a la misma hora. Al transitar por esa vereda de Córdoba al 1600, donde suele angostarse el espacio de circulación, por la presencia del kiosco de diarios, volvió a sentir que algo le había caído en la cabeza. Entonces, siguió caminando y volvió a caerle algo, tras lo cual se dio vuelta y comprobó la presencia de dos mujeres de unos 50 años (según su descripción) y un chico que estaba con ellas.

"Yo empecé a los gritos y las mujeres se acercaron, me pidieron disculpas y se fueron. Esta vez no me robaron nada porque yo estaba alerta, pero la mecánica fue la misma: me arrojaron un líquido en la cabeza", relató la víctima, y añadió que luego una clienta del comercio donde trabaja le contó que le pasó lo mismo en ese lugar. "También lo hacen con mujeres que llevan cochecitos", señaló.