Con la mira puesta en vendedores de droga minoristas que operan desde hace décadas en un sector del barrio Tablada, personal de la Policía de Investigaciones allanó en las últimas horas tres domicilios cercanos, detuvo a un hombre de 69 años y secuestró unos cien gramos de cocaína, según se informó oficialmente.

Los allanamientos del área de Microtráfico se centraron en la franja de Presidente Quintana, entre Chacabuco y Abanderado Grandoli, en viviendas que ya habían sido allanadas en más de una ocasión por causas de ambos fueros penales seguidas al "clan César-Caminos".

Por caso, en 2019, once integrantes de este clan fueron condenados a penas de entre tres y ocho años de prisión por el Tribunal Oral Federal en lo Criminal N° 3, en un expediente que se había iniciado en 2013.

En esas actuaciones a cargo de la Policía Federal, la foto era similar a lo denunciado doce años después: “Se daba cuenta de que, en un domicilio ubicado en la calle Quintana, en el barrio Tablada, una familia de apellido César estaría cometiendo ilícitos relacionados con la comercialización de estupefacientes. Para ello se valdría no sólo del aparato familiar, sino también de ‘soldaditos’ que se ubicaban en los pasillos de calle Quintana entre Beruti y Esmeralda”, señala un reporte del caso.

En esa causa federal, la Fiscalía dejó plasmado que los mencionados transas pudieron ejercer su actividad “porque gozaban de complicidad policial de distintas fuerzas que cumplían funciones en la jurisdicción”, ya que hacían “arreglos por plata”.

De regreso a 2025, en la misma zona la PDI apresó a un conocido de las crónicas policiales: Juan Carlos César, alias Purreta, de 69 años. Según la fuerza, estaba a cargo de la tenencia de cien gramos de cocaína en un domicilio de Presidente Quintana al 100 bis. Los otros dos domicilios allanados no arrojaron resultados relevantes.

En carácter de denunciante, este hombre había sido, en abril de 2020, uno de los protagonistas de un escándalo que terminó con cuatro gendarmes presos. Estos efectivos fueron imputados por irrumpir en la casa de César, amenazarlo, robarle, secuestrarlo y exigirle 200 mil pesos a cambio de no armarle una causa por drogas y dejarlo “trabajar tranquilo”.