El empleado de los tribunales provinciales de Rosario que el 14 de junio hizo un “pagadiós” a un taxista porteño que lo trajo de retiro al edificio judicial, quedó detenido de forma efectiva. En la audiencia que se llevó adelante este miércoles, el fiscal Franco Carbone también le atribuyó tener en su poder un vehículo con pedido de captura.

De acuerdo a la reconstrucción que hizo el fiscal, el martes a la madrugada Gonzalo Sebastián O. se tomó un taxi en la terminal de Retiro con destino a los Tribunales Provinciales de Rosario. El precio pactado por el traslado era de 35 mil pesos que el pasajero se comprometió a abonar al momento de llegar.

Pasadas las 5 de la mañana, el vehículo arribó al ingreso de Tribunales y el joven de 30 años pidió al conductor que lo aguarde unos minutos mientras iba a buscar el dinero para pagarle el traslado. Pero el tiempo comenzó a correr y el pasajero no regresaba por lo que el taxista decidió ingresar al edificio a buscarlo.

Luego de varias horas, y a raíz del accionar policial y de varios testigos, el conductor del vehículo de alquiler logró identificar a su pasajero que ya se había cambiado la ropa que utilizó para el momento del viaje. Ante esto y la imposibilidad de pagar el viaje, el joven quedó demorado.

En la audiencia de este miércoles, Carbone le imputó el delito de estafa en calidad de autor por este hecho. Pero además reveló que esta misma persona había sido demorada el 19 de mayo por conducir un vehículo que tenía un pedido de captura activo.

Se trata de un Citroën C3 color bordó que fue identificado por las cámaras de monitoreo policial ya que la patente que tenía puesta era la de un Volkswagen T-Cross que había sido robado el 3 de mayo en Pasco al 800.

Luego de hacer un seguimiento del vehículo, personal policial logró ubicarlo en el interior de la playa de estacionamiento del hipermercado ubicado en Oroño y Ombú. Al acercarse al auto se encontraron con Gonzalo O., sentado en el asiento del conductor. Al momento de su detención, se desconocía que trabajaba en el archivo del Poder Judicial.

Con el número de motor los agentes corroboraron que ese auto se había utilizado en un hecho de robo calificado que ocurrió el 11 de mayo en la zona de Entre Ríos al 2400. Tanto el robo de la T-Cross como el asalto que se hizo en el macrocentro con el Citroën C3, fueron cometidos con armas de fuego.

Es por esto que también se le imputó el delito de encubrimiento agravado en concurso ideal. Por lo que permanecerá en prisión efectiva hasta el 8 de julio.