Javier Milei se encamina a consagrarse presidente de la Nación, de acuerdo a los datos que se manejan tanto en su búnker como en el de Unión por la Patria. "Ya ganamos, sacamos a la casta", decían a las 19.22 en el Hotel Libertador de Buenos Aires. En el sector de Sergio Massa admitían por lo bajo que también sus mesas testigo dan ganador a Milei.

Habría gran diferencia a favor del libertario en Córdoba, Santa Fe y Mendoza. Massa, en cambio, lleva ganaba en el distrito más poblado, provincia de Buenos Aires. Pero la diferencia no alcanzaría para compensar los resultados de las otras provincias de la región. 

Desde La Libertad Avanza sostenían que salvo en Buenos Aires, el resto del país respaldó a Milei. "No tengo números pero soy optimista y esperamos con mucha expectativa los resultado", dijo a las 18.48 Guillermo Francos, que será ministro del Interior de un eventual gobierno libertario.  

El 76 por ciento del padrón había emitido su voto a las 18 de este domingo. Como faltan contar los que estaban dentro de las escuelas y aún no votaron se estima que el número final será similar al de las elecciones generales del 22 octubre, cuando llegó al 77,6 por ciento.  

La jornada se desarrolló con la normalidad y hubo coincidencia en que La Libertad Avanza, gracias al respaldo del aparato del PRO, consiguió montar un operativo de fiscalización eficiente. Tanto que cuando cerró la votación Milei y sus aliados del PRO, Mauricio Macri y Patricia Bullrich, enviaron audios a los fiscales agradeciendo, felicitando por el trabajo y pidieron que siguieran cuidando los votos hasta el fin del escrutinio.

Las claves de la elección

 

Massa y Milei se ganaron el derecho de participar en esta segunda vuelta después de un largo proceso electoral que tuvo dos mojones importantes anteriores: las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (Paso) del 13 de agosto y las elecciones generales del 22 de octubre.

En la primera instancia sorprendió que Milei, un outsider que debutó electoralmente en 2021 cuando llegó a la Cámara de Diputados, haya sido el más votado y que la Libertad Avanza haya quedado también primera como fuerza. En la segunda la sorpresa fue otra: que Massa, actual ministro de Economía y candidato de una fuerza política que en las Paso quedó tercera, ganara la elección.

Lo cierto es que como no logró el 45 por ciento de los votos o el 40 con diez de diferencia sobre el segundo que la Constitución exige para ser consagrado en la primera vuelta, la Presidencia se definirá en un balotaje con quien le siguió en cantidad de votos. Massa sacó el 36,6% y Milei el 29,9. Tercera quedó Bullrich (Juntos por el Cambio) con el 23,8, mientras que el cordobés Juan Schiaretti (Hacemos por Argentina) obtuvo el 6,7 y Myriam Bregman (Frente de Izquierda) 2,7.

Cómo se reparte ese electorado que no votó ni a Massa ni a Milei es la clave de este balotaje histórico. En el que hay algunos distritos que son fundamentales también, por su magnitud y porque pueden ser bastiones que inclinen el resultado para uno u otro lado.

En provincia de Buenos Aires, que concentra el 37 por ciento del padrón, Massa necesita una victoria holgada que compense un triunfo que se espera que sea muy amplio de Milei en Córdoba, que concentra casi el 9 por ciento del electorado. Si entre lo que obtienen cada uno en esos distritos de alguna manera los empata, la balanza la puede inclinar Santa Fe, donde las cosas en octubre fueron más parejas –Milei quedó arriba por menos de tres puntos– y que es el tercer distrito con casi el 8 por ciento del padrón.

Otro dato que será importante es la participación y el voto en blanco: ¿llegará la asistencia electoral al 77 por ciento de octubre o bajará como consecuencia de que disconformes con ambas opciones un número significativo de ciudadanos puede decidir directamente votar? ¿Habrá alguna expresión de voto contra los dos candidatos?

Para esas preguntas y sobre todo la gran pregunta, quién será el nuevo presidente, habrá respuesta el domingo probablemente a las 21, cuando el escrutinio empiece a arrojar tendencias definitivas sobre cuál es la voluntad de una mayoría de los argentinos que acaso no sea holgada pero sí definitoria.