Desde este lunes los trabajadores del sector marítimo, fluvial y naval del país comenzarán con una serie de paros y movilizaciones que afectarán la operatoria de puertos, terminales cerealeras y astilleros, incluso en el Gran Rosario. Es en pedido para que se los incluya en el programa anunciado por el gobierno destinado a atenuar las imposiciones de Ganancias ya que no están incluidos en la eximición de  los adicionales salariales a la hora de tributar ese impuesto. “Es que los anuncios, de los que no se conocen los detalles, están pensados desde la lógica del comercio y la industria, y nosotros tenemos una lógica de trabajo diferente donde no hay horas extras, viáticos ni movilidad”, llamó la atención Juan Carlos Schmid, del sindicato de Dragado y Balizamiento e integrante del Consejo Directivo del Confederación General del Trabajo (CGT).

Schmid preside la Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Naval -que incluye a los diferentes gremios del sector- y es el único rosarino que se sienta en la mesa principal de la central obrera de la que hace unos años forma parte del triunvirato que la conduce. Fue muy crítico con el gobierno de Alberto Fernández y si bien reconoce la gestión de Sergio Massa en el ministerio de Economía le exigió medidas para combatir la inflación y corregir definitivamente la distorsión que genera Ganancias en el ingreso de los trabajadores. También fue muy duro en relación con la inseguridad y con la gestión del gobierno provincial.

En el mismo tono de otros referentes del Frente de Todos, el gremialista señaló que una presidencia de Patricia Bullrichi o Javier Milei podría ser “perjudicial” y “riesgoso” para la ciudadanía y recordó el dicho de no “echar más leña al fuego”. Y en relación a lo electoral hizo un llamado al oficialismo a retomar la agenda de los problemas de la gente si no quiere quedarse afuera de la disputa, e hizo una autocrítica por la falta de dirigentes sindicales en las listas.

En un mano a mano con Rosario3, Schmid dejó definiciones.

-¿Qué alcances tendrán las medidas de fuerza de los trabajadores del sector marítimo y fluvial a partir de este lunes?

-Se votó un plan de acción que arranca este lunes con la paralización en el corredor de la Hidrovía de las actividades de dragado y balizamiento, también se afectará a las terminales cerealeras, y los fleteros interrumpirán los accesos a los puertos. El miércoles próximo parará el puerto metropolitano y las operaciones portuaria, de contenedores y suministros en el eje Campana-Zárate-Dock Sud. Y el viernes que viene los astilleros privados de Mar del Plata y los públicos de Tandanor y Río Santiago tendrán paros parciales.

-¿Por qué no alcanza el anuncio que hizo el gobierno de eximir los adicionales salariales de la tributación de Ganancias?

-El problema es que falta entender la característica del área marítima-fluvial porque estamos en un sistema de trabajo distinto al de la industria y el comercio que es la lógica con la que se hizo la medida. Nuestro sector trabaja en forma continua durante las 24 horas y los 365 días del año. No se trabaja ocho horas en los buques, los tanques, las dragas o en las barcazas; son turnos de 24 horas.

Es muy importante señalar que no hay horas extras, ni viáticos ni movilidad. Encima la norma todavía no ha sido publicada, no hay precisiones sobre cómo se va a aplicar, está confuso. Tiene que haber aclaraciones sobre cómo nos va a impactar a nuestro sector porque así no estamos incluidos. Queremos saber cómo se va a aplicar.

-¿Ahora, este anuncio no fue acordado entre el ministerio de Economía y la CGT?

-No lo tengo muy claro. Formo parte del consejo directivo de la CGT y se lo manifesté a los integrantes del triunvirato que eso no nos alcanza. Lo desconozco, yo no he participado.

-Llama la atención que hayan quedado afuera de una medida que se la promociona como una mejora salarial de bolsillo para los trabajadores...

-En esto hay una falta de voluntad de interpretar nuestra modalidad de trabajo. Durante el gobierno de Cristina (Fernández) nos dijeron que éramos la aristocracia obrera. Con (Mauricio) Macri dijeron que nadie pagaba Ganancias. Ahora éstos (por el gobierno de Alberto Fernández) con una norma confusa; y resulta que hay tratamientos especiales o sectores beneficiados de la economía a los efectos de equilibrar los problemas financieros que tiene el país.

-¿La CGT va a marchar el 1 de mayo contra la política económica del gobierno?

-No se ha tomado esa decisión. Tiene que haber una reunión de consejo directivo donde ahí se tiene que aprobar un curso de acción frente a ésta escalada inflacionaria que parece no tener fin.

-¿Si estuviera un gobierno de otro signo político, la movilización no hubiera sido antes?

-Estamos frente a una situación excepcional. No voy a repetir el latiguillo de la pandemia, el endeudamiento externo y la sequía con su golpe de efecto letal para la economía. Valoro lo que hace el ministro de Economía. Pero este tema de Ganancias es un tema de vieja data. Cristina, Macri y ahora éstos. Pasaron 12 años donde nunca hubo una propuesta que pueda resolverlo definitivamente. Siempre vemos cómo corregimos un nivel o una alícuota. El telón de fondo es la inflación: a más inflación mayor pérdida de poder adquisitivo, por lo tanto hay puja salarial y de nuevo presión impositiva. Es un círculo maldito.

-¿Los acuerdos salariales del sector no fueron buenos, no acompañaron la inflación?

-En algunos casos superan la inflación, pero vivimos en Argentina, no vivimos en un frasco. Hay sectores que no llegan a fin de mes. Más de uno va a decir que el problema de los portuarios es el problema de los trabajadores ricos, pero quiero decirle que estamos más de treinta días fuera de casa.

Massa, Perotti y el FdT

 

-¿Cuál es su opinión con respecto a la gestión de Sergio Massa?

-Algunos dicen que Massa se hizo cargo 15 minutos antes de que el gobierno se fuera en helicóptero de la Casa Rosada. Valoro su gestión ya que la situación muy delicada, pero hay cuestiones a resolver. Hay que parar la escalada de precio para tener realmente alguna una chance electoral.

-¿Cómo evalúa la gestión del gobernador Omar Perotti?

-Hay una gestión que no estuvo a la altura de las circunstancias, más allá que, como todas, tiene algunos aciertos.

Más allá de la inseguridad, no hay claridad de cómo la Provincia puede abordar una etapa distinta en cuestiones regionales. Por ejemplo, la Hidrovía y el complejo portuario es un tema que la Provincia nunca se abocó de verdad. Todo el entramado está asentado en pocos kilómetros sobre la ribera del Paraná y no hay desarrollo hacia el norte. Nunca fue señalado por el gobierno provincial.

Esa concentración ha provocado una riqueza que no contribuye a un desarrollo armónico de todo el litoral. No hay visión estratégica. No la ha sabido instrumentar la Provincia y tampoco la Nación hace algo para que eso se modifique. Necesitamos desarrollar el norte santafesino y el Chaco. Para eso se requiere de una decisión política y fundamentalmente planificación.

-¿El Frente de Todos tiene menos chances para las próximas elecciones?

-Se achican las chances. Eso sí, el nivel de desconfianza sobre la representación política no descansa sólo en el Frente de Todos. Es una desesperanza generalizada, algo lamentable, no importa a quien favorece. Es muy malo para la sociedad y el sistema democrático la falta de confianza en la política que tiene la gente.

-¿Y qué perspectiva tiene el oficialismo frente a esta coyuntura?

-La oportunidad que tiene, entre otras cosas, es demostrar que realmente hay un sesgo de racionalidad y prepararse de la mejor manera posible para competir en las elecciones. Poner sobre la superficie los problemas de nuestra gente.

Además de la inflación hay problemas muy serios como la inseguridad. Vivimos en una ciudad donde nos gustaría que la dirigencia política nos cuente bien cómo van a solucionar los problemas de la seguridad. Vivimos angustiados, los trabajadores están angustiados. Nuestros afiliados, de todos los sindicatos, incluso los que ganan más que la media, viven en barrios populares. No tienen circuitos electrónicos de vigía, no viven en barrios cerrados, no tienen custodia. Los que salen a trabajar están haciendo una hazaña para llegar a su trabajo y sobrevivir a estos niveles de violencia, no solo en Rosario sino también en el conurbano bonaerense.

-¿Hay riesgo de pérdida de la paz social en la Argentina?

-La inflación constituye una gravedad. Pero los amortiguadores sociales funcionan aunque representan una dificultad en relación al déficit fiscal y los recursos del Estado. Me refiero a que si no estuvieran los planes, ayudas y programas sociales que se pusieron en marcha desde la salida de la convertibilidad, sería invivible la República Argentina. Hay que preguntarse si no hay que hacer otra cosa y eso lo tiene que resolver el ejercicio de la política más allá de las banderías. Esos programas eran para resolver la emergencia, pero así cómo estamos no caminan.

La derecha y los sindicalistas candidatos

 

-¿Ve que la ciudadanía tome una salida por la derecha en las próximas elecciones?

-Es un riesgo, producto de la desilusión y la desesperanza generadas por las representaciones mayoritarias. Hay dos gobiernos -el de Macri y éste- que malgastaron la esperanza de alejarnos de las crisis.

-¿Cree que Patricia Bullrich o Javier Milei en la presidencia serían perjudicial para el movimiento obrero?

-Sería perjudicial para la convivencia y un riesgo enorme para la ciudadanía. No es la mejor salida. Hay un dicho que dice "nunca enciendas un fuego que no puedas controlar".

-¿Este año tampoco habrá dirigentes sindicales en lugares expectantes de las listas de candidatos?

-Estamos bastante huérfanos o débiles en ese sentido. Al estar en crisis el Frente de Todos, o por su fragmentación, eso no contribuye para tener incidencia. Aunque también nuestra falta de criterio y unidad también atenta para que vayamos con fortaleza a la arena política y que nuestra demanda sea escuchada.

-Es que los sindicalistas cuando llegan a una lugar de representación responden más al espacio político y se olvidan de dónde vienen...

-Los sindicalistas tenemos ese viejo problema. En dos oportunidades me tentaron para que ocupara una banca de diputado. Casi al final de esa oferta, aparecieron las postergaciones. Y en ambas ocasiones manifesté que bajo ningún punto de vista me voy a subordinar a ninguna fila partidaria. Y eso me jugó en contra y nunca me dejaron llegar.