La ansiedad es una palabra que de tanto uso se la ha ido devaluando. Se habla mucho de ella, pero muchas veces es poco lo que se dice y mucho lo que nos preocupa. Es bueno contar con herramientas simples que nos ayuden a entender para poder realizar una consulta a tiempo, y despojar miedos y alejar mitos y falsas creencias.

Sabemos que vivimos en una sociedad que genera ansiedad; por este motivo, rosario3.com, consultó a Jorge Libman, psicólogo, especialista en psicología psicodinámica, a quien preguntamos:

- ¿Es bueno contar con la ayuda y la comprensión de quienes rodean a la persona que padece de ansiedad para que encuentre rápidamente el camino a una buena consulta y una mejor contención?

- Sí, y la pregunta apunta a algo que es vital ya que la ansiedad atraviesa a toda la psicopatología. Ella de algún modo u otro está presente en todos los trastornos y ha adquirido una entidad propia.

Más allá del ´ataque de pánico´ del que nos ocupáramos hace unas semanas atrás, podemos deslizar nuestras miradas sobre el trastorno de ansiedad generalizada y el de ansiedad social y el trastorno obsesivo compulsivo, reconocido por TOC.

Quien padece ansiedad generalizada es una persona que está expectante por diferentes problemas en cuestiones cotidianas; si prestamos atención hay muchas personas que a raíz del uso de la tecnología viven al ritmo que le marcan sus móviles: “me llaman”, “no me llaman”, el esperar determinadas llamadas o avisos, vivir pendientes más allá de lo razonable incrementa la ansiedad de esa persona con rasgos ansiosos. Con la crisis económica pasa otro tanto. “nos espera lo peor, vamos a sucumbir”, etc. Con el cuidado de la salud pasa otro tanto; la persona ansiosa agrega dramatismo a sus simples interrogantes y se preocupa, aunque muchas veces no se ocupa de buscar las respuestas que puedan señalar un camino a seguir. Todo en la vida de esa persona desemboca en un problema al que asigna tremendismo el que multiplica su estado de ansiedad basal.

Estamos frente a un trastorno que puede necesitar alguna medicación si la persona somatiza demasiado; lo mismo si requiere un descanso al que no llega, justamente, por el exceso de ansiedad. Esa persona se puede beneficiar con un tratamiento psicoterapéutico.

El trastorno de ansiedad social afecta a personas que tienen síntomas emocionales y físicos de ansiedad cuando se tienen que exponer en situaciones sociales, cuando se incorporan a nuevos grupos cuando comienzan un trabajo nuevo, o cuando se exponen a situaciones que les genera mucho estrés; como son los exámenes, o que tienen que dar pruebas de sus habilidades o expertise. Esto se manifiesta con deseo de ir al baño, traspirar en exceso, dificultades en la comunicación etc.

Estamos frente a un trastorno muy presente en la sociedad y que está agrandado por la matriz de la personalidad de quien la padece.

El trastorno más grave, incluso que el mismo ataque de pánico, es el trastorno obsesivo compulsivo. Se trata de personas con pensamiento preocupantes que no cesan de aparecer en sus pensamientos, bajo formas de preocupaciones absurdas, teñidas de pensamiento mágico tales como que, ´si piensa en alguien a esa persona va a pasarle algo malo´. Estos pacientes se nutren todo el tiempo de ideas absurdas e irracionales que lo acosan; y la persona, para contrarrestarlas, recurre a ciertos rituales que son difíciles de remover; como lo son los clásicos chequeos: gas, luz, puertas, ventanas; miedos a infectarse, lavados obsesivos de manos; miedos puestos en animales, escaleras, etc. Es un trastorno muy grave en el que el paciente es un esclavo de sus propios rituales.

Estamos frente a un paciente que requiere tratamiento psiquiátrico y psicoterapéutico y con mucho apoya a las familias de los mismos.

Otro tanto ocurre con aquellas personas que están atentos a los problemas de salud que por su seriedad generan incertidumbre, y no saben cómo se resolverá y sobre su propio futuro. En estos casos debemos prestar mucha atención y ayudar a esos pacientes a atravesar esos momentos de ansiedad.

Debemos además tener en cuenta que vivimos en una sociedad que de por sí genera en la gente ansiedad.

Jorge Libman, psicólogo, especialista en Psicología psicodinámica. Matrícula 2231. Alvear 1478 3er piso