Con implicancias en casi todos los sectores de la sociedad, el envejecimiento de la población está a punto de convertirse en una de las transformaciones sociales más importantes del siglo XXI. Por este motivo y a nivel internacional, el 1 de octubre se conmemora el Día Internacional de las Personas Mayores, fecha establecida por las Naciones Unidas para destacar la dignidad, los derechos y las contribuciones de las personas mayores. De este modo, se busca una oportunidad para reflexionar en torno a la longevidad y fomentar hábitos que permitan sentar las bases para una tercera edad plena.

Envejecimiento poblacional

Este fenómeno es uno de los más relevantes a escala mundial, impactando en forma directa en la forma en que se organizan las sociedades. Actualmente, en la mitad de los países la esperanza de vida al nacer supera los 75 años. Esto representa un salto de 25 años con respecto a los índices de mediados del siglo pasado.

En Argentina, la esperanza de vida al nacer en 2021 se ubicó en 74,6 años en promedio, con las mujeres con mayor expectativa que los varones (77,6 años vs. 71,6 años respectivamente).

Para los expertos, el avance en la ciencia tuvo un rol fundamental. Los progresos en medicina preventiva, el desarrollo de vacunas, la mejora en el acceso a tratamientos para enfermedades crónicas y el fortalecimiento de los sistemas de salud han permitido que más personas vivan vidas más largas y saludables.

“El desarrollo de tratamientos innovadores ha permitido transformar la historia natural de muchas enfermedades, como las cardiovasculares, e incluso cronificar patologías que antes tenían un pronóstico muy desfavorable como ciertos tipos de cáncer. Algo similar ocurre con las vacunas, que han logrado erradicar algunas enfermedades infecciosas o reducirlas a cuadros más leves", explicaron expertos.

De todos modos, es clave reforzar la prevención por medio de controles periódicos, adopción de hábitos saludables y otras medidas que acompañen a los adultos mayores en esta etapa de la vida.

Se estima que, hacia 2030, habrá más personas mayores que jóvenes en el planeta. Esta transformación demográfica avanza con mayor velocidad en los países en desarrollo. El escenario está redefiniendo el mapa del cuidado y plantea nuevos desafíos en pos de garantizar que el envejecimiento se acompañe de una buena calidad de vida, inclusión, y la posibilidad de un cuidado integral. Cada vez serán requeridos más servicios de salud, acompañamiento y apoyo social, en especial para quienes atraviesan enfermedades asociadas a la edad, como la demencia.

Cuando las defensas envejecen

Por otra parte, la inmunosenescencia refiere a los cambios producidos en el sistema inmunitario a raíz del envejecimiento, lo que afecta a la inmunidad innata y adaptativa. Que estos cambios generen una mayor exposición a enfermedades, implica que sea clave considerar a la vacunación por su potencial para ser la herramienta más poderosa que mejora la salud mundial y contribuye al bienestar humano, extendiendo los beneficios en materia de prevención y protección.

A esto se suma que hay algunas enfermedades prevenibles mediante la vacunación que son particularmente prevalentes y graves en los adultos mayores.

Consejos para una tercera edad saludable

Además de la vacunación, algunas de las principales acciones que se pueden realizar para lograr una longevidad plena son:

-Mantener una dieta balanceada y saludable.

-Hacer actividad física de forma regular.

-Mantener las visitas periódicas al médico y los análisis de rutina.

-Realizar seguimiento y tratamiento de las enfermedades crónicas, en caso de tener alguna.

-Intentar prevenir caídas y otras lesiones.

-Cuidar la salud emocional, incluyendo el estrés y buscar apoyo en caso de necesitarlo.

-Mantenerse activo socialmente y conectar con otras personas.

-Estimular la mente y dormir las horas suficientes.

“Diversos estudios demuestran que, si bien aproximadamente el 25% de las diferencias en la longevidad entre las personas se atribuyen a factores genéticos, el entorno y los estilos de vida tienen una influencia directa en la salud y en el tipo de envejecimiento que cada individuo experimenta. En este sentido, los hábitos saludables y las medidas de prevención pueden marcar una diferencia significativa”, detallaron.

Un envejecimiento saludable implica fomentar y mantener la capacidad funcional que permite el bienestar incluso en la tercera edad. Así lo define la Organización Mundial de la Salud.

Fuente: NA.