La hipertensión arterial, también conocida como "enfermedad silenciosa", afecta actualmente a uno de cada cuatro argentinos y más de 1.400 millones de adultos en el mundo. Existe una cifra límite que es 14/9 (140/90 mmHg), que significa que una persona presenta hipertensión arterial. En coincidencia con esa cifra, la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA) designó al 14 de septiembre (14/9) como el "Día del Hipertenso".

En este último tiempo se conoció que, de aquellas personas diagnosticadas, la mitad mejoró debido al uso de tensiómetros digitales automáticos. Este uso, respaldado por estudios de campo, afirma que evita errores de medición permitiendo a su vez mayores tomas diarias.

Presión arterial

La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos sanguíneos, se mide en milímetros de mercurio (mm Hg) y se expresa con dos números, como por ejemplo 110/70 mm Hg.

Para la mayoría de las personas, la presión arterial debe estar por debajo de 140/90 mmHg, aunque hay ciertas situaciones que obligan a tener valores incluso más bajos, como por ejemplo, si la persona padece una enfermedad cardíaca, del riñón o diabetes

Los números

En cálculos de especialistas, 50 de cada 100 argentinos tiene hipertensión. De esos 50, la mitad está controlada, 12 no se controlan adecuadamente y otros 12 no saben que poseen la enfermedad. En ese aspecto, 1 de cada 4 personas en Argentina no sabe que es hipertensa.

Tal como se informa en la Declaración de Posición de la Comisión Lancet de Hipertensión de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), se mejoró en un 50% el diagnóstico en los pacientes con hipertensión debido a cambios que se realizaron en el método de toma de la presión.

Dichas mediciones deben realizarse con exactitud ya que una determinación imprecisa puede afectar significativamente el diagnóstico y posterior tratamiento.

Tensiómetros digitales automáticos

Los que vayan a utilizarse deben contar con normas ISO, poseer el logo de la Sociedad de Hipertensión Arterial, FAC o Sociedad Argentina de Cardiología. Además, recomiendan que sea de brazalete ya que el aneroide posee un tamaño estándar que no puede modificarse. En tal sentido, el digital posee varios tamaños para ajustarse al diámetro de cada brazo.

Tampoco se recomiendan los que son de muñeca, ya que al colocarse el brazalete sobre la arteria radial se brindan mediciones inexactas. Para más información de dispositivos aprobados por diferentes Federaciones, el sitio web de la SAHA cuenta con un listado oficial:  www.saha.org.ar/files/documents/tensiometros.pdf

La importancia del control y la prevención

Tanto la hipertensión arterial como el tabaquismo son dos de los factores de riesgo más importantes para padecer eventos cardiovasculares como un infarto o accidente cerebro vascular (ACV). 

Ya hay riesgo cardiovascular aún fumando solo dos cigarrillos por día, ya que al fumar un solo cigarrillo, la presión arterial aumenta entre 15 a 30 minutos, así como la frecuencia cardíaca y los niveles plasmáticos de colesterol LDL.

"Cuando dejamos de fumar, el riesgo de padecer ACV o infartos disminuye rápidamente el primer año, igualándose a quien nunca fumó en 15 años", apunta el mensaje de una de las campañas que invita a tomarse la presión. Otros factores de riesgo son la obesidad, la diabetes y el sedentarismo; sumándose la ingesta de alimentos con alto nivel de sodio y estrés como las causas más frecuentes de la hipertensión arterial.

En nueve de cada diez casos, no hay un único agente causal, sino que pueden estar involucrados mecanismos renales, endocrinos y vasculares, entre otros, y la predisposición genética de la persona. Esto se conoce como hipertensión primaria, y se diferencia de la hipertensión secundaria, porque esta última es consecuencia de una afección determinada, por ejemplo, desórdenes endocrinos, insuficiencia renal, apneas del sueño o el consumo de ciertos fármacos o drogas.

Para evitar que las personas con factores de riesgo y antecedentes familiares sean futuros hipertensos, se recuerda y recomienda incorporar la actividad física aeróbica regular, evitar el sobrepeso y la obesidad, especialmente de abdomen y tronco, mantener una alimentación saludable, rica en vegetales, frutas, granos integrales, pobre en harinas, grasas saturadas y sodio, el tabaco (pasivo y activo), reducir la ingesta de alcohol y no consumir drogas.