Un periódico de la ciudad de Santa Fe publicó una nota sobre las actividades de un médico, en la que el cronista deja deslizar una palabra que, a primera vista, aparece como si cargara con un error: ´haciente´, haciendo referencia a la persona que, en el acto médico, desempeña su lugar de paciente. Si el lector sigue la lectura convencido del mismo, a poco de seguir leyendo comprueba que, lejos de tratarse de un error, aporta al lector un nuevo punto de vista sobre la persona que concurre a la consulta médica.

Luis del Río es un médico cirujano, radicado ahora en la ciudad de Santa Fe, el doctor Del Río, ejerció la medicina en Rosario y en el interior de la provincia, fue Jefe del servicio de Cirugía del Heca, entre otros trabajos, y se refiere al neologismo ´haciente´, utilizado en aquella entrevista al periódico de Santa Fe, diciendo que: “ese ser humano que va a la consulta, que estaba acostumbrado a llegar a la misma de forma pasiva, al poder salirse con la ayuda de su médico de ese sitio de ´víctima´, de pasividad, se transforma en un ´hacerdor´, es decir, en un ´haciente´.

En este nuevo lugar, él tendrá que hacer por él mismo, para lo cual, los profesionales a los que consulta, tendremos que brindarle instrumentos, herramientas, elementos para que, con ellos, pueda ser co-gestor de su salud, armar su salud y hacer aquello que tenga que hacer para restablecer la armonía; ya sea que se enfrente a una enfermedad o dolencia. Será un ´haciente´, concepto que he tomado de Karmelo Bizkarra*, concluye Luis del Río.

¿Sería una manera de reforzar el vínculo entre ambos, profesional y consultante?

Sí. Y recurro a lo que nos enseñara el doctor Francisco Maglio; “ese un vínculo, que se establece entre ambos, será una relación asentada en tres pilares inexorables, VERACIDAD, HONESTIDAD y la EMPATÍA”, sin estos tres pilares, todo lo que se pueda hacer, por brillante que sea, va hacia su fracaso. En ellas se apoya cualquier tipo de relación, la que establecemos en la consulta médica, también. Es el tiempo dedicado a la escucha lo que hace la diferencia en una consulta médica, como dijo una vez Gregorio Marañón, cuando le preguntaron cuál había sido el mejor invento de la medicina, ´la silla´, dijo. Por esto en medicina integrativa, la consulta se extiende por una hora, tiempo en el que se hace una ´escucha activa´, porque en la palabra del que habla, si la sabemos escuchar, está el nudo de lo que le pasa al consultante. Reelaborado esto por el profesional y devuelto consecuentemente, el ´haciente´, con las herramientas que le brinda su profesional, pondrá manos a la obra.

Siempre aclaro que lo que nosotros hacemos está en las raíces de la medicina convencional que es el inicio desde el que partimos; recién después vamos sumando todo lo que la experiencia y el estudio continuo nos brinda. La Medicina Integrativa no es alternativa de la medicina convencional, es un complemento.

La palabra que no es dicha oportunamente, ¿puede generar la enfermedad?

En la palabra que puede expresarse se da lo que Sócrates intentaba con sus interlocutores, el proceso de la Mayéutica, invitarlo a decir lo que tiene que decir la persona a la que se le hace la pregunta, con las técnicas que cada profesional quiera utilizar. Siempre intentando que la persona que nos consulta ponga en palabras lo que le está pasando o lo que le pasó; ya que, a todos muchas cosas nos han pasado y han quedado guardadas y las transportamos en “nuestra mochila” y, a veces, pesan tanto y pese a eso no nos animamos a compartir con nuestro médico de confianza que nos ayudará a ponerle luz. Es la única manera de ver nuestras sombras, aquello que nos pesa y angustia. Cuando logramos poner en palabras se da el inicio de la transformación.

Acá podemos afirmar que la transformación comienza con el hacer del ´haciente´.

Nosotros en medicina ´sintergética´, recurrimos a dos palabras: transformación y transmutación. Y lo explicamos diciendo que la transformación es el nivel básico y la transmutación se da cuando logramos llegar a nuestra esencia, a nuestro verdadero ´ser´. Hoy disponemos de herramientas como para ayudar a la gente a llegar a su esencia través del eneagrama*, por ejemplo.

Luis Del Río, médico, matrícula 7969

*Francisco Maglio (1935 – 2017). Se recibió de médico en 1959 en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, donde un año después obtuvo su doctorado. Desarrolló una destacada carrera como médico asistencial en el Hospital Muñiz. Maglio dedicó sus esfuerzos para enseñar a ejercer una medicina que pudiera comprender al paciente en su integralidad, tomando en cuenta sus dimensiones biológicas, psicológicas y sociales.

*Karmelo Bizkarra Maiztegi. Médico. Licenciado en Medicina por la Universidad de Bilbao en el año 1979. y director médico del Centro de Salud Vital Zuhaizpe en Arizaleta-Navarra. Se ha formado en medicina Psicosomática, en teoría Reichiana, terapia Bioenergética y en medicina Antroposófica. Especialista en Educación para la Salud.

*Eneagrama: El eneagrama de la personalidad es un sistema de clasificación de la personalidad. El sistema del Eneagrama describe nueve tipos de personalidad distintos y sus interrelaciones, asociadas a esta figura. La idea básica es que existen nueve tipos o personalidades arquetípicas con sus estrategias básicas para tratar sus asuntos, y que estas personalidades, según estén frustradas o en un estado proactivo, se integran o desintegran unas en otras. Es decir, una personalidad arquetípica puede degenerar o aproximarse hacia los rasgos de otro tipo de personalidad arquetípica según su grado de frustración o proactividad.

Foto: solo ilustrativa.