Nos responde el Psicólogo Sebastián González, Jefe de Coordinadores de Acompañantes Terapéuticos en Tercer Filtro, institución rosarina dedicada a la atención de personas con discapacidad, salud mental y adicciones.

“Con la nueva ley de salud mental –empieza diciendo el profesional- se crearon diferentes alternativas para lo que anteriormente se conocía como manicomios o psiquiátricos clásicos, en donde la persona estaba encerrada y se la controlaba permanentemente. Al momento de plantearse toda esta reforma, se crean varias figuras, y una de ellas es la del acompañante terapéutico, que es un profesional capacitado para acompañar en el día a día a la persona y ser uno de los pilares dentro de un tratamiento ambulatorio para estos pacientes, junto con el resto del equipo, que por lo general está conformado por un psiquiatra, que es la cabeza del tratamiento, y un psicólogo.”

¿Cómo es la formación del acompañante terapéutico?

“Dentro de la legislación, el acompañante terapéutico está incluido en el marco del Colegio de Psicólogos, por lo cual, lo que se viene trabajando ya hace bastante y se ha puesto con mayor rigor en estos últimos años, es que el acompañante terapéutico sea un profesional psicólogo/a que cuente con los suficientes conocimientos como para poder hacer este trabajo.

Como cualquier formación profesional, nunca se termina de aprender, por lo tanto, se responde a una educación permanente. Además de la formación que se puede llegar a tener, es importantísimo luego poder tener una supervisión con la persona de mayor conocimiento y mayor experiencia, y en base a eso mejorar la práctica diaria.”

¿Qué tipo de pacientes atiende el acompañante terapéutico?

“Trabajamos con una población de pacientes con discapacidades muy diversas, hasta patologías mentales severas, como psicóticos o depresivos; lo que obliga a que cada trabajo

se piense de manera conjunta con el equipo tratante para ver qué intervenciones necesita hacer el acompañante para favorecer el estado de salud de la persona. El objetivo último es que esa persona tenga el mayor nivel de autonomía que le sea posible.

Cada paciente es un desafío. El paciente siempre está inmerso en un contexto que puede ser familiar únicamente, o bien, como muchos de nuestros pacientes, en un contexto institucional, sea en un residencial geriátrico o una clínica de salud mental. Siempre hay un contexto donde trabajar y prestar mucha atención, para que el resultado sea lo más rico posible.

Algo para subrayar es que el acompañante ocupa una porción de la cotidianeidad de la persona, pero el resto del tiempo está cubierto generalmente por la familia, a la que hay que también acompañar, informando y esclareciendo muchas cuestiones que pueden resultar incomprensibles respecto de la conducta del paciente.”

 

Ps. Sebastián Ariel González

Mat. 7374 - Tercer Filtro, Centro de Día para personas con discapacidad, salud mental y adicciones. - Laprida 1157 y Pte. Roca 1184, Rosario