Beber abundante agua es asociado con una buena salud e, incluso, se agrega como norma en programas para eliminar el exceso de peso. Pero hoy en día hay que saber que existe una fina línea que debe tenerse en cuenta para no desequilibrar el organismo.

Lo primero es saber que la llamada "potomanía" es considerada un trastorno alimentario no especificado, caracterizado por el deseo de beber grandes cantidades de líquido.

Los síntomas:

Afortunadamente, hay señales que pueden alertar cuándo estamos sobrehidratando al cuerpo. Muchas personas que padecen este trastorno pueden llegar a tomar entre 8 y 15 litros de agua, dependiendo de la gravedad del caso.

Las complicaciones:

Las personas que toman mucha agua pueden observar si sus ganas de orinar son muy frecuentes y si el líquido es cristalino. Además, sienten episodios de manos y pies hinchados.

La sobrehidratación desajusta los electrólitos, puede afectar la función renal, el equilibrio sanguíneo y diluye el sodio. Según datos de la Clínica Mayo, también se pueden sentir mareos, dolores de cabeza y náuseas.

Esta compulsión por beber más agua de la que se necesita puede deberse a alteraciones en el hipotálamo, anorexia nerviosa o reacciones a ciertos medicamentos.

Para Roxanne Sukol, especialista en medicina preventiva, beber más de dos o tres litros de agua diarios resulta nocivo para la salud.