La rumiación, en psicología, refiere a una constante de pensamientos que, en bucle, mantienen en alerta a una persona. Se presenta ante la presencia de problemas o adversidades que requieren, según quien los padece, de una solución inmediata. Además, se encuentra detrás del 40% de los problemas de ansiedad y del 30% de los de depresión.

El estudio “Comprender o rumiar nuestras emociones. Análisis de las estrategias silenciosas que nos acercan o apartan del bienestar emocional”, elaborado por investigadores españoles a partir de los resultados de 1.700 encuestas realizadas a nivel nacional, incluyó instrumentos psicométricos validados y utilizados a nivel mundial en el ámbito de la psicología y salud mental.

El informe tenía como objetivo conocer qué ocurre en la mente de las personas para desarrollar problemas mentales, detectar indicadores de trastornos y proponer estrategias de prevención que ayuden a la población.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 450 millones de personas en todo el mundo sufren un trastorno de salud mental que dificulta gravemente su vida.

Alejarse del bienestar emocional

Los problemas de salud mental han crecido en los últimos años. Dentro del estudio, el 40% de las personas afirmó haber sufrido trastornos psicológicos; un problema más común entre los jóvenes, con un preocupante 54% de chicos y chicas de entre 18 y 29 años que admitió haber atravesado este tipo de dificultades.

A raíz del informe, se han podido detectar tres respuestas poco útiles ante las emociones que conducen a la ansiedad y a la depresión: reprimir lo que se siente, rumiar la situación o darle excesivas vueltas al problema, o no saber distinguir las causas del propio malestar emocional.

Por ejemplo, ante un problema de pareja, darle vueltas a una determinada discusión, pensar una y otra vez en las palabras que dijo la otra persona, rumiar en bucle o anticiparse a consecuencias negativas como la ruptura, son actitudes cada día más presentes que alejan mucho de la estabilidad y el bienestar emocional.

Estrategias de control

Existen estrategias que acercan a emociones positivas, incrementando el bienestar y previniendo la ansiedad y la depresión. Estas acciones principalmente se basan en identificar las emociones, comprenderlas y reevaluarlas para acercarlas a un aspecto más positivo. Lo mismo sucede con la implementación de técnicas de relajación que ayuden a conectar con el "aquí y ahora" para así poder realizar la identificación, comprensión y reevaluación de estas emociones que irrumpen.

Un ejemplo de reevaluación de emociones es reinterpretar la frustración. No conseguir algo que se quiere no implica que la persona no sea capaz o lo suficientemente válida.

Cuando la rumiación no se trata de forma adecuada o no se saben gestionar las emociones de forma eficaz, pueden aparecer problemas más graves de salud mental, lo que requiere también de la intervención de profesionales en salud mental. Por tal motivo, ante la duda y constante afección, se recomienda realizar la consulta pertinente para evitar que la problemática siga creciendo y empeorando el bienestar emocional.