En los últimos años, la impresión 3D revolucionó la fabricación industrial, permitiendo la producción de prototipos rápidos, piezas únicas, personalización ilimitada y la posibilidad de llevar el diseño a los límites de la imaginación. Si se lo puede dibujar en un programa de CAD, se lo puede fabricar, pasando de la pantalla de la computadora al mundo físico y palpable en apenas unas horas. Metales, filamento de bambú, plásticos de los más diversos y hasta chocolate son algunos de los materiales con los que se pueden crear infinidad de objetos.

La fabricación aditiva -el nombre de esta tecnología- marcó el amanecer de la cuarta revolución industrial, donde manufactura, automatización,sistemas computarizados y optimización de materiales se hermanan dando forma a una nueva generación de fábricas inteligentes capaces de adaptarse rápidamente a la demanda. Sus aplicaciones abarcan todo tipo de industrias: aeroespacial, medicina, transporte, arte y el mundo de la moda. Para los hobbistas y amantes del hágalo usted mismo, las impresoras 3D hogareñas significaron un sueño hecho realidad.

Las escasas piezas que componen una pistola Liberator

Sin embargo, la impresión tridimensional perdió la inocencia con sorprendente rapidez. Hace diez años atrás, cuando las versiones domésticas de estas máquinas eran aún un juguete caro de algunos de miles de dólares, el texano Cody Wilson -entonces un estudiante de derecho de segundo año- diseñó y fabricó la primera pistola de plástico impresa íntegramente en 3D, la “Liberator”. Constituída por quince partes de ABS, un polímero muy resistente al impacto, las piezas pueden ser ensambladas para obtener un arma de fuego completamente funcional utilizando una única pieza de metal, un clavo que hace las veces de aguja percutora. Esta pistola monotiro en calibre .380 ACP es tan sencilla como mortal; imprimirla le llevó solo 20 horas.

Así es la Liberator, la primera pistola de plástico impresa en 3D

El 6 de marzo de 2013, Wilson probó su creación en un polígono de tiro privado en la ciudad de Austin, frente a un equipo de la BBC que registró el momento, y al otro día puso en línea el archivo CAD para su distribución gratuita. En las siguientes 48 horas fue descargado más de 100.000 veces hasta que el Departamento de Estado de los EE.UU. consiguió la eliminación de los archivos por violar la ley de exportación de armas. Ya era tarde, la tumbera tecnológica de Cody Wilson y sus instrucciones para armarla ya daban la vuelta al mundo.

Armas fantasma

En los Estados Unidos, el boom de las las armas impresas abonó el florecimiento de cantidad de grupos y organizaciones que no sólo impulsan el derecho a la tenencia de armas, sino específicamente a la de armas que estén fuera del radar del estado. Comunidades como “Guns N’ Bitcoin” o “Deterrence Dispensed” se escudan en los derechos otorgados por la segunda enmienda para alentar la fabricación de armamento para la defensa propia, sobre todo en los estados como California, con leyes de control de armas más estrictas.

JStark1809, creador del subfusil FGC-9

Muchos integrantes de estos colectivos se reúnen en redes sociales privadas descentralizadas como Zion o LBRY, donde comparten archivos y proyectos para la fabricación de pistolas, carabinas y fusiles como el Plastikov, una versión impresa del AK-47. Además utilizan criptomonedas anónimas para la comprar de impresoras 3D y piezas impresas, obstaculizando así aún más el rastro de los autores de estas transacciones.

Las armas legales tienen un número de serie que las identifica y permite su registro y trazabilidad. Con este código es posible saber su marca y modelo, fecha de fabricación, quién es su dueño y de producirse un crímen, vincularla a éste. Un arma impresa en 3D no tiene nada de esto, es imposible saber quién la fabricó, quién es su dueño y si fue utilizada en algún hecho ilegal. La cantidad de este tipo de armas en circulación es un misterio.

A partir de la Liberator de Cody Wilson, la tecnología de las armas impresas en 3D evolucionó a toda velocidad. A comienzos de 2020, un diseñador de armas kurdo alemán conocido con el seudónimo de JStark1809 presentó la FGC-9 (Fuck Gun Control 9) una carabina semiautomática en calibre 9 mm creada junto al grupo de desarrollo de armas 3D Deterrence Dispensed.

Parche utilizado por grupos que promueven la fabricación y tenencia de armas fantasma

Este letal subfusil de gran cadencia de tiro es una combinación de piezas de plástico impresas en 3D, piezas metálicas de fabricación sencilla mediante mecanizado y resortes y tornillos fáciles de conseguir. Los archivos para fabricarlas están ampliamente disponibles en internet junto a abundante documentación para su ensamblaje traducida a varios idiomas; el costo total de producción es menor a 400 dólares.

JStark1809, de 28 años, fue encontrado muerto en su auto el 8 de octubre de 2021 frente a la casa de sus padres en Hannover, dos días después de ser allanado por la policía alemana. La autopsia reveló que murió tras sufrir un paro cardíaco.

La FGC-9 y la guerrilla Birmania

En la mañana del 1 de febrero de 2021 los militares tomaron el poder en Birmania, derrocando el gobierno elegido democráticamente de Aung San Suu Kyi. Las manifestaciones pacíficas contra la junta militar pronto dieron paso a una represión que mató a más de un millar de civiles, empujando a grupos rebeldes a la guerra de guerrillas e. todo el país. Desde entonces, las Fuerzas de Defensa del Pueblo (PDF) han estado utilizando todas las armas disponibles para enfrentar a un régimen militar que los supera ampliamente en poder de fuego.

Rebelde birmano equipado con un subfusil, esta versión con un cañón largo

Así es como encontraron en la FGC-9 creada por JStark1809 una herramienta no solo para entrenarse a bajo costo, sino para emboscar a los soldados del ejército y apropiarse de sus armas de fabricación industrial, y por lo tanto, más resistentes. Los guerrilleros incluso comenzaron a diversificar su armamento impreso fabricando minas antipersonal similares a la M18 Claymore, repletas de pequeñas bolitas de acero y 400 gramos de trinitrotolueno, un artefacto ciertamente terrorífico.

Algunos subfusiles FGC-9 impresos por la guerrilla birmana listas para ser usadas

Somos testigos de un hecho histórico: hasta ahora, nunca un arma casera impresa en 3D se había abierto paso en un conflicto armado a gran escala. Esto marca un punto disruptivo para ejércitos y fuerzas policiales alrededor del globo e indudablemente un motivo de preocupación para los gobiernos, ya que cualquiera puede crear armas de plástico baratas y efectivas en la confidencialidad de su hogar y en apenas unas horas. Sigilosas. Irrastreables. Mortíferas.