En el mundo deco, uno de los objetos más icónicos es la alfombra. Ya sea para dar la bienvenida al hogar, como para sumar un toque sofisticado en un living, comedor o el baño, o complementar los detalles de colores y tramas en una habitación, entre otros usos, es el elemento favorito y recomendado para utilizar.

Sin embargo, no toda alfombra es para todo lugar. A continuación, cómo elegir la mejor opción:

- Color: Es importante el contraste, es decir, si el suelo es oscuro, la alfombra deberá ser clara. Aunque, si se desea generar un clima más ameno y divertido, se pueden elegir alfombras con colores que vayan en línea con otros textiles o accesorios, siendo el detalle de color del lugar.

- Combinar con textiles: Si la alfombra es lisa, elegir textiles -como los almohadones en un living- estampados, respetando una misma gama de colores (ya sea de la base o de la propia estampa del almohadón). Si es la alfombra quien presenta estampas o muchos colores, serán los textiles los encargados de equilibrar, siendo lisos o de colores neutros.

A su vez, si todo el ambiente es neutro, alfombras y textiles pueden seguir una misma trama, color o estampa para ser realmente los detalles que resalten en conjunto. Según la cantidad de veces que se deseen realizar cambios, se puede jugar con los colores y tramas tendencia, o bien, optar por lo clásico y neutro garantizando una mayor duración sin generar cansancio. 

- Con estampa o lisa: Según se desee sumar un detalle sofisticado y delicado o no, se deberá elegir la alfombra según esta característica. En tal sentido, las lisas colaboran con la premisa de un ambiente elegante e incluso minimalista; mientras que las estampadas hacen lo propio con un estilo más descontracturado. Según la trama, a su vez, pueden ser grandes aliadas para sumar en estilos nórdicos, geométricos, étnicos o románticos.

- Forma: Si el ambiente tiene forma cuadrada, la alfombra debe ser cuadrada. Lo mismo, si el ambiente es rectangular, la alfombra también deberá serlo. Si se quiere sumar un detalle más descontracturado, en ambos casos se puede optar por una alfombra redonda.

- Naturales o sintéticas: Los materiales de su confección se dividen en estas dos grandes categorías. Lana, sisal o seda, como los grandes ejemplos de alfombras naturales, pueden imprimir detalles muy sofisticados pero son más onerosas y difíciles de mantener. En cambio, la poliamida, el polipropileno o el vinilo son ejemplos de materiales sintéticos con los que están confeccionados los hilos que utilizan estas otras alfombras. Son más fáciles de mantener y, por supuesto, más económicas.

- Tamaño: Es importante que tenga relación con la proporción con el ambiente en donde se usará. En el caso de estar junto a muebles, al menos las patas delanteras de los mismos deben estar sobre ella.

En tal sentido, por ejemplo, en el comedor, será importante que mesas y sillas queden por encima de la alfombra y que además exista un espacio de entre 60 y 70 centímetros alrededor para cuando las sillas se ubiquen hacia atrás al momento de utilizarlas.