Pedir un vino rosado es algo “cool” en Francia, en Reino Unido y en Estados Unidos. Pero poco a poco, esta moda está llegando también nuestro país.

Podríamos decir que el rosado pasó de estar pensado principalmente para jóvenes y mujeres por su toque afrutado, a ser uno de los más glamorosos de las bodegas. Este cambio se debe al salto de calidad que dio en los últimos tiempos.

Hoy el vino rosado puede ser sencillo y frutal, pero también puede ser un vino complejo que incluye variedades muy interesantes. La gama de tonalidades también es amplia.

Sabrosos y refrescantes, son ideales para disfrutar en épocas de calor y una excelente alternativa para acompañar diferentes tipos de platos como ensaladas, pastas, pizzas a la piedra, langostinos a la plancha y, en plan hogareño, milanesas con papas fritas.

Vinos rosados y tendencias:

- Más allá de las formas, las botellas de vino no cambiaron tanto en los últimos siglos, pero las etiquetas sí. Apostar por el diseño gráfico es un aspecto esencial en la estrategia de branding y marketing de las bodegas.

- Lo más interesante en materia de packaging fue ver como el diseño llegó a las cápsulas. Las cápsulas son las que protegen al pico y al corcho de la botella, aunque también forman parte de la tapa cuando el vino es a rosca.

- Por otra parte, ante el avance de la tapa a rosca, los tapones sintéticos y hasta de vidrio, el corcho no se rinde. Porque es natural y garantiza casi al 100% la no contaminación.

- En materia de envases siempre hay alguna novedad, y hubo algo que llamó mucho la atención: la cantidad de vinos en lata. Ideales para consumo informal y en lugares hasta ahora impensados para el vino. Una alternativa novedosa que le puede devolver muchos litros de consumo a la industria vitivinícola mundial.

¡No podés dejar de probarlos este verano!