Según publica en un informe el sitio lanacion, al parecer hay ciertas características del cuerpo humano que en el ciberespacio parecen haberse vuelto grandes temas. Entre ellos están los dientes separados, labios con forma partida y ciertas hendiduras en los huesos de las caderas que pasaron a ser objeto de culto, tomando una relevancia inusitada gracias a redes visuales como Instagram y Tumblr.

También conocidos como "agujeritos" o por su nombre en inglés back dimples, bum dimples o dimples of Venus, son tan populares que incluso hay grupos en Facebook que comparten el gusto por este fetiche, exhibiéndolos como trofeos.

Éstos se ubican al final de la espalda, sobre los glúteos, exactamente en los vértices de algo llamado "rombo de Michaelis", el espacio anatómico comprendido entre la apófisis espinosa, las espinas ilíacas y el punto de unión de los glúteos. Los dos pocitos que hace tiempo no hubiesen significado demasiado para la mayoría de la gente, de pronto adquirieron un enorme valor estético y erótico.

La admiración no se reduce sólo a lo visual. Los fetichistas aseguran que los Hoyuelos de Venus, otorgan a quienes los poseen, una sensibilidad especial que les permitiría sentir más placer sexual que quienes no cuentan con ellos. Esto lo lograrían a través de la estimulación puntual de la zona. Como siempre que se habla de fetiches, es el valor erótico y estético que se deposita sobre el objeto, lo que permite semejante idealización, pero esta no necesariamente es real.

La veneración de los Hoyuelos de Venus no es un invento de las redes sociales, ni es tan moderna como creemos. Al parecer, como publica el infome, ya tiene un precedente y es interesante. Algunos pintores como el barroco Diego Velázquez, cuya obra data del siglo XVII, habían puesto luz sobre ellos en algunas de sus pinturas, al igual que artistas renacentistas. Su nombre además, provendría de cualidades físicas que se le adjudicaban a la mismísima Venus, diosa del amor.

Más allá del exhibicionismo y la curiosidad, el redescubrimiento de estos hoyuelos bien podría enmarcarse en la búsqueda de la individualidad a la que poco a poco tienden a inclinarse las redes sociales. En una era en la que se repiten constantemente los patrones de lo que se considera "sexy", las "rarezas" toman dimensiones celebradas. Esta en particular, no es solo valorada en mujeres, también lo es en hombres. Cuando se presenta en ellos también se los conoce como "Hoyuelos de Apolo".

Tal vez el secreto de su idealización está en su origen. Las fosas lumbares laterales, tal es su nombre anatómico, son una característica física que proviene de la genética y que se destaca cuando el índice de grasa corporal de una persona es baja y su espalda baja se ejercita. Como muchos deportistas de elite los poseen, algunas personas creen que pueden desarrollarse en base a dieta y ejercicios lumbares, sin embargo, se trata de una marca traída de nacimiento que no puede conseguirse con trabajo o quirófano. Esto por supuesto, no hace más que sumar a su valor erótico.