El gesto adusto del gobernador Maximiliano Pullaro ayer al escuchar el monto de las ofertas que recibió la Provincia para la ampliación de la pista del Aeropuerto de Rosario lo decía todo.
Es que una rápida comparación entre la oferta más baja recibida en el abortado intento de licitación encabezado por el gobierno nacional en mayo pasado y la que quedó en cabeza del gobierno provincial (ambas realizadas por la constructora local Obring) arroja un incremento del 12% nominal del costo entre una y otra.
La diferencia de unos $4.000 millones no es menor para el gobierno santafesino, ya que en esta licitación tendrá que pagar toda la cuenta (unos $36 mil millones) cuando en la anterior (de $32 mil millones) hubiese pagado sola la mitad del monto. Incluso, la mejor oferta presentada fue unos $2.000 millones de pesos más alta que el Presupuesto oficial, cuando el gobierno provincial venía celebrando obtener ofertas por debajo del presupuesto.
No en vano, el propio ministro de Desarrollo Productivo, Gustavo Puccini, a cargo políticamente del Aeropuerto estuvo haciendo averiguaciones tras el acto protocolar de las razones del incremento, sobre todo porque es una empresa local la que quedó mejor parada para quedarse con la emblemática obra que ampliará la capacidad operativa de la aeroestación.
¿Qué pasó? Ocurre que entre mayo (cuando se presentó la primera oferta) y agosto, la cotización del dólar subió 17%. Y el principal insumo de la obra (el asfalto) está directamente relacionado al precio del dólar, con el plus que también está vinculado al precio del petróleo, que también tuvo un sendero alcista.
También en ese período se registró un fuerte incremento en las tasas de interés, que pasaron del 30% al 50%, aumentando el costo de financiamiento al que accede el constructor.
En definitiva, la tensión financiera (con la suba del dólar que el gobierno frenó incrementando muy las tasas de interés) encareció la obra.
No obstante, hubo factores locales que también pesaron para encarecer la obra. Por ejemplo, a diferencia de la Nación, que se había comprometido a pagar a 30 días los certificados de obra, el gobierno provincial pagará a 60 días. Además, el adelanto a otorgar al constructor antes de iniciar la obra bajó del 20 al 15 por ciento. Todo eso genera un costo financiero extra que se traslada al presupuesto.
También pesa que la provincia bajó de 160 a 120 días el plazo de la obra, lo que apura toda la logística (compra y entrega de materiales) dejando a las empresas muy atadas a los precios de los proveedores (generalmente concentrados), que se aprovechan de las urgencias del comprador.
Es por todo eso que las todas las empresas que se presentaron en la licitación de ayer subieron los precios. Es más, los constructores muestran en sus planillas de costos que absorbieron muchos costos que siguieron subiendo, como todos los rubros de la construcción, evitando presentar ofertas más onerosas. Incluso, con las redeteminaciones de precios están los que calculan que la obra, si se hubiese realizado la licitación nacional, el poder concedente ya estaría pagando ahora los costos actuales.
"Hicimos la apertura de 3 ofertas, que ahora deberán ser evaluadas por la comisión técnica. Vamos a ser muy responsables a la hora de evaluar cada oferta, pensando en ser eficientes con los recursos de todos los santafesinos pero con el objetivo claro de modernizar la infraestructura, incorporar tecnología de última generación y garantizar estándares internacionales de seguridad", señaló Puccini tras el acto de apertura de sobres.



