El Sindicato de Obreros Aceiteros de San Lorenzo (Soea) decidió este viernes un paro sorpresivo en las terminales portuarias de San Lorenzo, Puerto San Martín y Timbúes de 24 horas en reclamo de un bono extraordinario salarial de cerca de 15 mil pesos por trabajar en pandemia. Pero antes de que se inicie llegó la conciliación obligatoria del Ministerio de Trabajo. No obstante, la situación en los muelles se tensó y el paro sigue porque el gremio asegura que la conciliación no tiene fecha precisa y por eso las plantas están paradas. Recién con el correr de la tarde, el sindicato empezó a desactivar la huelga, que pero el acatamiento fue dispar. Por caso, en las plantas de Terminal6 y Cargill en Puerto San Martín se reactivó la operación. Y se esperaba que en breve se normalice en Molinos Agro.

El conflicto tomó por sorpresa a las industrias, que alertan que lo sorpresivo de la medida pone en riesgo la seguridad de los trabajadores y también puede generar costosos daños materiales en los equipos.

Para una industria que trabaja 24 horas, las paradas necesitan planificación. Y también por razones de seguridad de los empleados, las huelgas generalmente son anunciadas con anterioridad para preparar los equipos para el parate forzoso.

No en vano, la última vez que hubo un paro sorpresivo -hace diez días- se produjo el estallido del toaster en T6, una de las plantas más grandes de la zona ubicada en Puerto San Martín, en donde afortunadamente no hubo que lamentar víctimas. De cualquier manera, dejó a una de las grandes procesadoras fuera de funcionamiento para los próximos meses, lo que condiciona a la capacidad productiva de la extrusión de soja.

Sobre la génesis del conflicto, esta mañana se realizó una asamblea entre los integrantes de la comisión directiva y los delegados fabriles por unanimidad resolvieron comenzar el paro desde el mediodía pese a que las negociaciones por el bautizado “bono pandemia” estaban en macha. En rigor, el miércoles las agroexportadoras mantuvieron una reunión con dirigentes gremiales. Es más, las empresas habrían aceptado pagarlo al bono, pero difieren el monto y en la modalidad, ya que los gremios reclaman que sea abonado mensualmente.