El rosarino, aficionado a los deportes náuticos, recorría en una embarcación de turistas una zona de Panamá lejos de los circuitos tradicionales para viajeros cuando le llamó la atención la presencia en el horizonte de muchos pequeños barcos fondeados no muy lejos de la costa.

No eran yates de lujo, ni nada parecido, pero tampoco muy precarios. Intrigado, le consultó al guía, lugareño de la zona, sobre el llamativo agrupamiento que no parecían ni para la pesca o para el turismo. Y la respuesta lo dejó maquinando aún más: muchos de los que están ahí viven en esos barcos (y van lo justo y necesario a la costa) porque son extranjeros que no quieren que los encuentren y se aprovechan de que, por las disputas territoriales y jurisdicciones no muy claras de la zona, las autoridades no suelen frecuentar y mucho menos actuar allí, por ejemplo con detenciones. 

Todavía no sabe bien por qué, pero agarró su celular y buscó una foto del fugado financista Roberto Daniel Mondaini, quien en agosto dejó un millonario “paga Dios”, sobre todo entre mucha gente de río (incluso entre sus compañeros del club de la costa rosarina en la que tenía su barco amarrado), y se la mostró al guía para preguntarle si lo conocía. “Ah, el uruguayo. Lo conozco. Hace no más que un par de meses que llegó acá”, fue la respuesta que obtuvo y que lo dejó frío. Mondaini no es uruguayo, pero está confirmado que se escapó de Argentina vía Uruguay. El inocultable cambio de expresión en el rostro del turista alertó al guía, quien de inmediato se cerró y abandonó el diálogo sobre el tema.

Y se marchó......Mondaini, afecto al entretenimiento náutico

¿Mentira del guía? Muy posible. Pero lo cierto es que el caso del fugado financista, con oficinas en Puerto Norte, todavía genera más pregunta que respuestas. Y bronca en sus acreedores.

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Hablando de amarras, en el mismo club en el que tenía su embarcación Mondaini (se la llevó antes de fugarse) también está amarrado e interdicatado por la Justicia, el barco de otro financista defaultador como lo es Luis Herrera.

Y, como si fuera poco, no hace mucho encontró lugar allí ahora el conocido yate “Champagne” propiedad una de las familias dueñas de la defaulteada Vicentin. Su titular, a quien esta semana se lo vio recorriendo las instalaciones de club, lo guarda allí desde que logró, no sin mucho trajinar, que las autoridades se lo devuelvan luego de que Prefectura lo incautara por pasearse frente por el río en plena cuarentena. 

Dios lo cría…..

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Ya que arrancamos con los financistas con problemas para hacer frente a los compromisos, ahora son los familiares directos del titular de Lux Negocios Inmobiliarios que levantaron temperatura por la falta de respuesta sobre cómo va a devolver los fondos que tomó, supuestamente, para realizar inversiones de real state con altos retornos.

Los primeros en poner el grito en el cielo fueron padres del colegio Inglés (sede Fisherton) de los compañeros de sus hijos a quienes convenció de participar en los proyectos, no para quedarse con m2 sino con renta mensual por el financiamiento. Pero ahora hay tíos, primos y (más familiares directos) que se hartaron y se presentaron en la Justicia. “Está negociando como hizo siempre, sin llegar a nada. No tiene nada para devolver. El abogado de él se contacta solo para seguir haciendo tiempo”, se quejó ante Rosario3 uno de los afectados.

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Terminemos el capítulo de los financistas. La escandalosa caída de la energética Enron, que llegó a ser la séptima empresa de los Estados Unidos valorada en 70 mil millones de dólares, pasó un poco desapercibida en Argentina porque fue en paralelo al turbulento final del 2001.

Pero su derrape fue uno de los escándalos financieros más importantes de la historia porque los altos ejecutivos de la empresa se hicieron con más de mil millones de dólares vendiendo antes del default sus acciones sabiendo que los buenos números que mostrabas sus balances eran falsos (ocultando años de malos resultados) mientras sus empleados, y accionistas lo perdían todo.

En el atrapante libro sobre el caso llamado “The Smartest Guys in the Room", de los periodistas de la revista Fortune, Bethany McLean y Peter Elkind, se muestra que toda esa estafa no habría podido ser llevada a cabo sin la complicidad de la auditora contable Arthur Andersen, que era una de las cinco grandes del mundo, y que tras el escándalo tuvo que cerrar. Sobre todo porque los fiscales que investigaban el caso comprobaron que, en un intento de zafar, la auditora destruyó cientos de documentos comprometedores. 

El ardid era genial. Antes de asumir el CEO que llevaría la empresa a la cima, Jef Skilling, puso una condición específica: le tenían que autorizar utilizar en la contabilidad del grupo un tipo especial de valoración de inversiones que diseño y llamó “Sistema de Valoración de Inversiones a precio de Mercado”. Arthur Anderson se lo avaló y la Comisión de Valores de los Estados Unidos (SEC) se lo aprobó.

“Recuerdo que entré a la sala de directorio y pregunte qué estaba pasando porque todos estaban exultantes. Trajeron champagne. Les habían aprobado el uso del sistema de valoración a precios de mercado”, dice en el libro Amanda Martin, una abogada del círculo íntimo del CEO. “A menudo pienso con cuanta claridad recuerdo ese momento, que fue el inicio de una cadena de trágicos hechos que finalmente provocaron la caída de Enron”, agrega.

El sistema le permitía al grupo anotar en el balance beneficios futuros potenciales de un proyecto que recién arrancaba, como podría ser la construcción de una planta. Así que por pocos o nulos ingreso reales que genere el proyecto ese año, la renta anotada en el balance podía ser lo que la empresa quisiera que fuese. “Era muy subjetivo. Y dejaba la puerta abierta a manipulaciones. Decían cosas como que dentro de 10 años le venderán electricidad de tal central a tal cliente a x dólares por KW sin manera de probar que eso se pudiera hacer”, dijo la abogada en el libro. Con buenos balances, las acciones subían (y los premios a sus ejecutivos), pese a que los ingreso reales no existían. Como siempre, funcionó hasta que la fiesta acabó.

La historia muestra que las estafas financieras no pueden concretarse sin la complicidad o inoperancia de auditores contables y de las autoridades de control.  Acá y en Estados Unidos. ¿LA CNV nunca tomó nota de lo que toda la city local sabía de qué Herrera tenía, en paralelo a su agencia de Bolsa, una millonaria mesa de dinero bien blue? ¿Cómo puede ser que la Afip no haya estado al tanto de que en pleno Puerto Norte funcionaba la cueva de Mondaini?

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Pero, puntualmente, traemos el caso de Enron porque viene a cuenta de lo trascendente que ocurrió el último día hábil del año pasado, cuando los fiscales del Ministerio Público de la Acusación (MPA) que investigan la caída de Vicentin acusaron al director en la Argentina de la consultora internacional KPMG, Eduardo Harnan, como responsable del encubrimiento, y por eso pidió que le den 7 años de prisión. Y la acusación muestra que Fiscalía está interesada que en estos tipos de investigaciones no dejen que los "profesionales" se la lleven de arriba. Además de la repercusión internacional que tuvo la acusación porque no suele ser común que el director de una empresa global quede tan expuesto penalmente.  

¿Cuál fue la trampa, según los fiscales? Se descubrió que Vicentin contabilizaba como activos a los granos que tenía en depósito (bajo la condición a fijar precio) cuando todavía no los había pagado por lo que en realidad eran pasivos.

En palabras del fiscal, Miguel Moreno, quien llevó adelante la acusación en la Justicia:  "El aporte de Harnan en los hechos atribuidos fue, con su opinión favorable de los estados contables de Vicentin, darle mayor credibilidad a los balances con cierre a octubre 2017 y 2018 que contenían falsa información y que omitían el pasivo de Vicentín, y para ello debió incumplir con las normas y prácticas que le encomendaba su labor. Porque de haber realizado correctamente su trabajo, habría advertido el millonario ocultamiento del pasivo, y de esa manera lo debería haber expresado en su análisis y conclusiones, de manera de alertar al mundo crediticio y granario de las falsedades contables de Vicentín. Harnan, con su auditoría encubrió las omisiones de deuda de Vicentin, y para ello tuvo que separar su actuación de las reglas que guían los procedimientos de auditoría”.

Y agrega el fiscal: “En este punto, Harnan incumplió en realizar una correcta circularización de proveedores, atento que la muestra elegida para circular no fue representativa del universo de los acreedores, se limitó a circularizar a los acreedores que informó Vicentin, y eligió hacerlo de esa manera porque de otra forma se hubiesen advertido fácilmente las incongruencias y los pasivos omitidos. Si Harnan hubiese cumplido con el mínimo estándar que le exigen las normas contables, habría advertido esta situación”.

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Hasta aquí podríamos hablar de Vicentin, cuyo daño ya está hecho. Pero una lectura detenida de las casi 600 páginas de la acusación de los fiscales contra el directorio de la aceitera al momento del default (pidiendo penas de prisión que van de los 10 a 17 años) pude despertar preocupación en los operadores del mercado de granos por lo que pueda ser la real salud financiera actual en otros compradores importantes. 

Resulta que los fiscales también pidieron penas de 3 años a los tres síndicos de la convocatoria de acreedores de Vicentin por encubrimiento al acusarlos de nunca hacer mención en sus informes sobre los hallazgos en la investigación penal, en concreto, la llamada “Auditoría Forense”, que detectó la irregularidad contada arriba sobre los granos recibidos no pagados pero que figuraban como activos.

El tema es que en la página 433 de la Acusación se cuenta que en su defensa ante el fiscal Moreno, uno de los auditores acusados, llamado Diego García, dijo: “En relación con la manera en la que la Concursada registró la mercadería granaria con precio a fijar y las irregularidades denunciadas por la Auditoría Forense, las operaciones estaban contabilizadas como los usos y costumbres de todas las cerealeras, por lo que no lo consideramos irregular”.

¿Sera así como dice? ¿Todos los exportadores, fábricas y acopios y cooperativas que compran granos recurren a esa fórmula? ¿Eso están haciendo ahora los corre-acopios? Que Garcí. en su declaración esté recurriendo a cualquier cosa para defenderse es un tema, pero si está diciendo la verdad la cuestión se pone delicada.

Si bien tras la caída de Vicentin ya no hay una fiesta de operaciones "a fijar" en el mercado, a más de un vendedor de granos se le puede helar la sangre sabiendo que el cereal que entregó y no cobró está siendo contabilizando como un activo por el comprador, por lo cual la salud financiera de quien le tiene que pagar no es la que parece. 

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Vuelta de página. Una de comercio exterior. Esta semana, el gobierno volvió a sufrir un traspié en su intento por lograr que los importadores suscriban de manera un bono (el Bopreal) para pagar la deuda que tienen con sus proveedores del exterior. En la licitación que lanzó (la segunda) obtuvo pocas suscripciones y por eso sigue sin saberse cómo se resolverá el pago de u$s 50.000 millones de deuda que tienen los importadores

Pero además del problema de la deuda de stock (a pagar con bonos), también está el problema de la deuda actual que siguen generando los importadores, que el gobierno propone que se abone al vendedor, una vez que ingresó la mercadería a país, en tramos del 25 por ciento a 30, 60, 90 y 120 días. Alternativa que tampoco cierra.

Y la explicación es muy sencilla. La solución ofrecida vía compra de bonos solo puede ser aprovechada por los grandes traders, que tiene mesas financieras acostumbradas a las operaciones bursátiles, pero resulta de muy difícil aplicación para la industria no familiarizada con negocios con bonos.

Ahora: ¿Qué otro proveedor que no sea la casa matriz de una filial local va a aceptar como pago un “papel” argentino que dice que le pagarán en el 2025/2027? Nadie. ¿Qué otro proveedor que no sea la casa matriz de una filial global, al que ya le debe el importador local, va a enviar mercadería que le pagarán a 120 días de ingresada? Nadie.

El ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja. El gobierno se reunió con la UIA por el tema importaciones.

¿Y cómo se financia, entonces, el comercio exterior en la actualidad? Aprovechando los grises de la reglamentación, se realizan operaciones financieras (algunas directamente medio “piratas”) para enviar los dólares afuera. Pero eso tiene un costo financiero importante para la empresa que debe importar el insumo para producir y por eso termina generando inflación

Pero como en este país si hay algo que sobra es “la inteligencia financiera” de las empresas, apareció ahora una nueva alternativa para pagar. ¿Cómo es?

El importador adquiere la mercadería afuera y la paga con los “artilugios financieros” a los que hacíamos referencia arriba, y cuando el producto llega a puerto, la empresa se suma al esquema oficial de pago en tramos de 25 (a 30/60/90 días), pero en realidad esa plata no la usará para pagar la importación que recién llegó (porque ya la abonó antes "mágicamente" afuera sin informarlo al gobierno) sino para pagar la próxima operación. Y así va calzando pagos y operaciones. Claro está que eso solo sirve para importaciones concurrentes y no puntuales.

Maña es lo que sobra en este país. 

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Un poco de actualidad económica.

"No se vende nada. Y eso que estamos en temporada alta", se lamente un broker de neumáticos. Y no hay misterios. Es la inflación. Cualquier neumático malo, por ejemplo, de ua medida 13 vale $85.000 a la gomería. Y uno de un Prisma llega a $140 mil.

Y como siempre ocurre cuando suben los precios, empieza a aparecer la mercadería, como ocurre en las góndolas de los supermercados. “Después de la elecciones donde hubo un desbande de precios de la industria, ahora se trata de ir negociando permanentemente para lograr que se vayan desacelerando porque ciertos aumentos no se entienden mucho ya que pareciera que estuvieron trabajando a pérdida durante todo este tiempo, pero no fue así. Tuvimos subas que superaron la inflación”, cuenta el presidente de la Cámara de Supermercados de Rosario, Sergio Cassinerio.

"Tenemos un panorama que lamentablemente es medio complicado porque entre medio de todo esto se nota una baja de ventas. La gente está racionalizando porque no puede seguir convalidando los distintos precios”, sostuvo el referente del sector. ¿Y los aumentos siguen llegando? “Se ha desacelerado un poco. Algunos han intentado aumentos en el orden del 15 o del 20 por ciento esta semana, pero ya no es novedad que los supermercados se los empiezan a rechazar. Antes era poco frecuente, y ahora es común", completó Casinerio.


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Vamos a terminar, como nos gusta hacer en esta columna y es que con aquellas noticias de las tantas que genera diariamente el tejido emprendedor santafesino que, contra todo, sigue tirando para adelante. Incluso, en un momento económico tan delicado como este.

La industria es la protagonista. Se trata de Establecimiento la Cumbre, la panificadora que preside Graciela Alabarce. 

En los últimos tiempos, la empresaria fue noticia porque recibió el total apoyo del gobernador Maximiliano Pullaro para que conduzca el Ente Administrador del Puerto de Rosario. También recibió el respaldo de la propia Bolsa de Comercio de Rosario, que puso a su CEO, Javier Cervio, como vice. Y los temas que tiene que afrontar son cruciales: no solo poner en caja con los términos del contrato al concesionario TPR, sino también convencer a su principal accionista (la chilena Ultramar) de realizar las inversiones necesarias. 

Pero en este caso la novedad viene por su empresa. Este viernes, salió el primer despacho de productos panificados (madalenas) con destino a Brasil, una exportación que marca el retorno de la firma al mercado brasilero. En efecto,  La Cumbre llegó a ser una fuerte exportadora a Brasil hasta que la devaluación del real la dejó fuera de competencia.

Ahora, y tras casi dos años de conversaciones, retorna al vecino país con un contrato de abastecimiento para una cadena de supermercados, de más de 100 bocas. Y el objetivo es ir por más y llegar también con pan dulce. Días atrás, incluso, realizó su primer embarque desde puerto de Rosario con productos hacia Costa Rica, mostrando una política exportadora muy activa.

El camión con las madalenas de La Cumbre que salió para Brasil.

Y el camino que marca la nueva incursión exportadora de La Cumbre es dejar en claro que las empresas no pueden aislarse de la macroeconomía (por ejemplo, tipos de cambio no competitivos o devaluaciones en otros países) pero el crecimiento de sus negocios depende más de lo que hacen todos los días puertas adentro.