El año tenístico comenzó con un escándalo de proporciones: las autoridades sanitarias de Australia ratificaron que 72 tenistas que llegaron para jugar el primer Grand Slam de 2021 fueron considerados contactos estrechos de los casos positivos de coronavirus que se registraron en aviones llegados al país oceánico y deberán hacer 14 días de cuarentena.

"Aquí no hay ningún tratamiento de favor. El virus no trata a nadie de manera especial, por lo que nosotros tampoco", afirmó el primer ministro del Estado de Victoria, Daniel Andrews, según publicó la agencia de noticias AFP.

Los tenistas expresaron su malestar por la situación ya que deben permanecer en sus habitaciones de hotel y no pueden entrenarse de cara al inicio del torneo programado para el 8 de febrero.

En las últimas horas se detectaron dos casos más de viajeros que compartieron vuelo con los participantes del Abierto de Australia y en total ya son seis contagiados. Por este motivo, Australia no permitirá flexibilizar las medidas sanitarias y todos los involucrados deberán cumplir con el protocolo de aislamiento.

Los pedidos de los deportistas coinciden con la indignación de los ciudadanos australianos que no quieren que el evento termine en una ola de contagios que, a su vez, desencadenará nuevas restricciones para la población.