Boca perdió la final de la Copa Libertadores 2023 en el Estadio Maracaná de Río de Janeiro. Fluminense lo derrotó 2 a 1 en el alargue, tras haber igualado 1 a 1 en los noventa minutos. Germán Cano abrió el partido en el primer tiempo, Luis Advícula empató en el complemento y obligó a jugar 30 minutos extras. Allí, John Kennedy metió el segundo para los brasileños. Los dos equipos terminaron jugando con un futbolista menos. Tras su gol, Kennedy vio la doble amarilla por excederse en el festejo, luego Fabbra agredió a un rival en la cara del árbitro. 

El primer tiempo fue muy disputado, como era de esperarse. Entre tanta pierna fuerte, Fluminense intentó hacerse dueño del trámite del partido y parecía manejarlo. Boca amenazaba con algunos contragolpes que no terminaron de ejecutarse bien.

Tal vez por eso, el equipo brasileño bajó el ritmo sabiendo que podía ser golpeado por el xeneize. Así, el equipo de Almirón empezó a crecer en el juego, pero nunca anduvo demasiado cerca del arco de Fabio.

Pero los brasileños tienen una jerarquía notable. En un momento en el que el partido parecía planchado. Una pared en la derecha, un desborde y el gol de Germán Cano. De la nada. Una ráfaga de fútbol y la final empezaba a inclinarse.

Germán Cano se convirtió en el primer jugador en la historia de la Copa Libertadores que marcó en los dos partidos de cuartos de final, en los dos partidos de semifinales y en la gran final.

El segundo tiempo estuvo 20 minutos planchados. Se peleaba, se luchaba y se discutía. Pero algo le sacó la modorra: fue un zurdazo salvador de Luis Advíncula, el goleador de Boca en la Copa.

Boca creció un rato en el partido, pero por poco tiempo. Fluminense apretó sobre el final y en la última tuvo el gol de la coronación, pero Diogo Barbosa remató de zurda cara a cara con Romero y la tiró afuera.

En el alargue, el partido se mantuvo con la misma tónica. La intensidad y la pelea fue el lugar común, pero el resultado otra vez se movió por una acción al margen del guión. Levantó Diogo, la bajó Keno y Kennedy le rompió el arco a Romero. 

Luego, Boca perdió la chance de volver al partido, porque Kennedy, que tenía amarilla, corrió cien metros para meterse en la tribuna de sus hinchas y por festejo desmedido vio la segunda amarilla. Y la consecuente roja. 

Pero Boca no aprovechó esa ventaja. El colombiano Fabbra se metió en un lío innecesario y le dio un cachetazo a un rival en presencia del árbitro. Vio la roja inmediatamente. 

El final casi no se jugó. Los nervios de ambos, la necesidad de uno y el aguante del otro hicieron que el final vuelva a ser emocionante. 

Fluminense no perdió ninguno de sus últimos ocho partidos en la Libertadores 2023 (5V -3E). Es su máxima racha invicta en una misma edición del torneo. Por su parte, Boca Juniors perdió por primera vez en sus últimos ocho partidos en la Libertadores (2V- 6E-1P), y empató los seis disputados en la fase final. El Xeneize fue el primer equipo en llegar a una final sin ganar un encuentro desde octavos.

Los datos son solo parte de la historia. La misma que ahora abraza a Fluminense, un equipo que festejará por las calles de Río de Janeiro durante varios días porque es el primer título de Copa Libertadores de su historia.