El partido entre el Manchester United y el Liverpool de la 34ª jornada de la Premier League se suspendió este domingo luego de que cientos de aficionados del United ingresaran en el recinto del estadio Old Trafford, a poco menos de dos horas desde el comienzo del encuentro, para protestar contra los propietarios del club.

Si bien en un primer momento parecía que el enfrentamiento iba a retrasarse y planificarse para un nuevo horario, los responsables de ambos clubes se reunieron y decidieron suspender el partido previsto para las 16:30 (hora local).

Dos horas antes del cotejo, miles de seguidores convocaron una movilización en los alrededores del estadio para manifestarse pacíficamente en contra los dueños de la institución.

Miles de seguidores convocaron una movilización en los alrededores del estadio.

La convocatoria en la que hubo banderas, pancartes y bengalas de humo se fue tornando más tensa con el correr de los minutos, y varios de los autoconvocados lograron colarse en el césped del mítico estadio inglés.

"Ustedes pueden comprar nuestro club pero no podrán comprar nuestro corazón ni nuestra alma", se podía leer en un cartel que levantaba por lo alto uno de los aficionados.

Muchos de los hinchas portaban los colores verde y dorado, símbolos 'anti-Glazer' porque evocan al Newton Heath, club fundado en 1878 y que 24 años más tarde se convertiría en el Manchester United.

Los fanáticos ingresaron con banderas y pancartas al campo de juego.

Los seguidores encendieron bengalas, se subieron a las porterías y a las gradas, cantando "Queremos la marcha de los Glazer", y cuando faltaba alrededor de una hora para el comienzo del partido, los agentes de seguridad seguían trabajando para asegurarse de que no quedaran más intrusos luego del episodio que duró poco tiempo.

Al mismo tiempo, en el centro de la ciudad se produjo una manifestación frente al hotel donde se hospedaban los jugadores del United para impedir la salida del bus.

Policías y agentes de seguridad lograron controlar la situación.

En un contexto que ha sido siempre tenso con la familia estadounidense Glazer, propietaria del club, el reciente episodio del proyecto de Superliga europea, en la que estaban implicados los Red Devils, ha elevado la presión.

El club anunció, poco después de abandonar la Superliga, la marcha a final de año de Ed Woodward, el vicepresidente ejecutivo y representante de los Glazer en el club, símbolo de todos los males para los hinchas.

Las autoridades de ambos clubes decidieron suspender el partido.

"Tras la brecha de seguridad en Old Trafford, el partido entre Manchester United y Liverpool se pospone. Esta es una decisión tomada por la Policía, ambos clubes, la Premier League y las autoridades locales", informaron desde la Premier League mediante un comunicado.

"Simpatizamos con la policía y la seguridad, que tuvieron que lidiar con una situación peligrosa que no debería tener cabida en el fútbol. La reprogramación del partido se comunicará a su debido tiempo", concluyeron.

El encuentro de este domingo podía ser decisivo, porque si el Liverpool ganaba en la casa de su gran rival, el Manchester City se consagraría campeón de Inglaterra a tan solo dos días antes de su partido de vuelta de las semifinales de la Champions League contra el PSG.